¿Cómo dejar el cigarrillo para siempre?
Desde la Universidad Nacional, buscaron la forma de erradicar el consumo de cigarrillo al día y se colocaron a los participantes en los contextos en los cuales es habitualmente consumido logrando su reducción en este hábito.
Desde la Universidad Nacional, buscaron la forma de erradicar el consumo de cigarrillo al día y se colocaron a los participantes en los contextos en los cuales es habitualmente consumido logrando su reducción en este hábito.
Christian Javier Duarte Parra, magíster en Psicología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), adelantó la investigación en la que propuso una intervención clínica basada en este tipo de técnicas en un grupo de dos fumadores intermitentes, no dependientes a la nicotina, que redujeron su consumo de 7,12 a 3,3 cigarrillos al día (promedio del participante 2) y de 6,2 a 0,05 (promedio del participante 1).
“La idea básica de la que partimos es que, en cierto punto, el consumo de sustancias es una cuestión placentera, agradable, y, en términos más comportamentales, apetitiva. Pero la abstinencia y la ansiedad hace que el estímulo deje de ser apetitivo y se convierta en algo aversivo, lo que lleva a consumir solo para escapar de la sensación que se siente al no tener la sustancia”, explica el investigador.
Las técnicas de exposición consisten entonces en presentarle al paciente repetidamente un estímulo que le es aversivo y del que busca escapar con su conducta.
“En nuestro caso se buscaba evitar que la persona escapara a esa sensación habituándose al estímulo, o eliminar la ansiedad”, asegura el psicólogo, quien evidenció una reducción de esta reacción ante la presentación del estímulo de una persona fumando frente a ellos a medida que avanzaban las sesiones.
Aunque la implementación de las técnicas de exposición no es nueva, el investigador le añade el componente de los contextos habituales de consumo, debido a que identificó como una falencia dentro de estas terapias el hecho de que eran aplicadas en espacios y condiciones que no tienen nada que ver con el patrón de consumo.
“En mi investigación buscamos contextos que tuvieran relevancia en la historia de aprendizaje de los consumidores, lugares donde ellos de verdad fuman, en los horarios en los que lo hacen y con las condiciones que realmente anteceden el consumo de cigarrillo”, asegura el psicólogo, quien realizó sesiones con los participantes en un bar, una área abierta después de clase y después del trabajo.
A esta propuesta se llegó porque un gran número de las recaídas en el consumo de sustancias psicoactivas se da cuando la persona se enfrenta nuevamente a los contextos habituales de consumo.
“En el fenómeno de las adicciones se encuentran con facilidad elementos relacionados con condicionamiento clásico y operante. Lugares, olores, condiciones climáticas e incluso personas se convierten en estímulos condicionados que llevan a conductas de consumo”, comenta el magíster.
De hecho, la idea de este estudio parte de los comportamientos relacionados con personas que consumen bazuco, quienes presentan síntomas de abstinencia más intensos, pero que comparten ciertos mecanismos con los fumadores de cigarrillo y los consumidores de otras sustancias psicoactivas.
“Mi interés a futuro es llevar esto hacia sustancias más intensas cuyos mecanismos frente a la abstinencia son más claros, como el bazuco, para el que no existen muchos modelos que hablen sobre cómo tratar este tipo de adicciones”, manifiesta el investigador Duarte.