Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

“El demonio existe”: mujer dice que estuvo poseída y cuenta su experiencia con el mal

Una mujer de Madrid, España, cuenta que estuvo poseída por el demonio, y solo Dios y la Iglesia la ayudaron a salvarse; cuenta cómo sucedió y los síntomas que la alertaron.

Mujer dice haber estado poseída por el demonio y cuenta cómo fue su experiencia. Foto: Shutterstock
Mujer dice haber estado poseída por el demonio y cuenta cómo fue su experiencia. Foto: Shutterstock

Una mujer de Madrid, España, cuenta que estuvo poseída por el demonio, y solo Dios y la Iglesia la ayudaron a salvarse; cuenta cómo sucedió y los síntomas que la alertaron.

Los temas relacionados con el diablo siguen siendo muy polémicos, pues mientras algunos dicen que se trata tan solo de una figura creada por el ser humano para infundir terror, otros aseguran que es una fuerza del mal muy poderosa que realmente existe; de hecho, algunos hasta manifiestan poder dar fe de su existencia a partir de experiencias personales.

Una de ellas es Silvia Ramírez, una mujer de Madrid, España, que insiste en que fue poseída por el demonio, y solo pudo salvarse de ello aferrándose a Dios y con la ayuda de la Iglesia; de hecho, estos hechos paranormales que vivenció los plasma en su libro ‘Arrojad los demonios. Testimonio de una persona que estuvo endemoniada’. 

Precisamente, en una entrevista con el portal ‘Aleteia’, dio a conocer cómo fueron esos tenebrosos momentos en su vida, en los cuales se dio cuenta que el mal se había apoderado de su cuerpo, haciendo énfasis en que las películas de terror han exagerado las posesiones o incluso los exorcismos, pues aunque sí se presentan muchos de los síntomas que allí se muestra, no es con tal magnitud.

“Yo he tenido la experiencia de que sí existe el demonio; he estado poseída y Dios me ha ayudado a liberarme… Pueden creer lo que quieran, pero hay realidades que existen, aunque no las veamos a primera vista. Las infecciones y posesiones diabólicas siguen unos patrones observables, hay una fenomenología que permite identificarlas”, dijo.

“Que se te pongan los ojos en blanco, escupir, blasfemar, chillar… Todas esas cosas son reales, pero las películas han creado un tabú en torno a esto. Han convertido al exorcista en un personaje extraño y raro”, agregó. Además, vale la pena mencionar que esta mujer dice haber pasado también por una experiencia de levitación, donde el cuerpo se arquea hacia atrás de forma anormal.

Tal como contó al mismo medio, todo inició hace 12 años cuando tuvo una crisis espiritual, pues buscaba su vocación religiosa y sintió que Dios la rechazaba, es por esta razón que empieza a buscar cultos para unirse y a escuchar música demoniaca; y aunque nunca llegó a unirse a ningún grupo de esos y abandonó dicha idea, afirma que dejó una puerta abierta en su corazón, pero cuando comenzó a sentir síntomas un sacerdote le hizo una oración y la liberó.

Posteriormente, un tiempo después, volvió a tener una crisis en la que se cansó de ser buena y fue abandonando la Iglesia; fue en ese momento cuando tuvo una práctica laboral en un tanatorio, donde aparentemente habían realizado sesiones de espiritismo con ouija, y sintió una presencia que la estremeció.

A los tres días empezó a tener pesadillas, empieza a hablar sola, entra en trance, rompe rosarios, y finalmente se desmaya en una misa cuando acompañó a su amiga a un grupo carismático; esto se repite en tres ocasiones; no aguantaba dentro de los templos, porque empezaba a bufar, sentía que algo me arañaba por dentro, y entraba en trance. No podía ni rezar un Padrenuestro. Y las imágenes religiosas me producían un gran rechazo.

En su proceso conoció muchas personas que la ayudaron a salir de allí, incluidos 15 sacerdotes que la han intervenido, de los cuales 33 eran exorcistas;  “He recibido 300 exorcismos con el ritual de la Iglesia católica y, aparte, 300 oraciones de liberación… he podido sentir a la Iglesia como protectora, he percibido la fuerza de la comunidad a través del rezo del rosario, y he podido recuperar la belleza y la fuerza de los elementos sacramentales y de ciertas oraciones. La oración tiene su efecto y finalmente he sido liberada”, concluye.