Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración necesaria para que tu jefe te entienda

Hay momentos en que el trabajo se vuelve no solo complejo sino que el día a día hace que pierdas la paciencia y comiences a hacer lo que no se debe.

Una ayudita extra en el trabajo. Foto: Shutterstock
Una ayudita extra en el trabajo. Foto: Shutterstock

Hay momentos en que el trabajo se vuelve no solo complejo sino que el día a día hace que pierdas la paciencia y comiences a hacer lo que no se debe.

Y es que mezclar los problemas de la casa y el trabajo es uno de los mayores errores que comete un empleado. Un ejemplo de esto es el enfrentamiento que se puede presentar con los jefes o supervisores cuando hay una diferencia laboral.

Esta es una oración para esos momentos en que necesitas que tu jefe te entienda:

¡Oh santo justo y protector!
¡bendito San Marcos de León!,
tú que evitaste la desgracia del dragón, 
tú que a pesar de tus propias flaquezas 
y confiando en la gracia y fortaleza del Señor,
 con humildad y firmeza sometiste fieras y enemigos,
te ruego confiadamente y con gran fe: 
amansa los corazones, 
los malos sentimientos y los malos pensamientos
de todo aquel que contra mí esté, 
de todo aquel que mi mal y ruina quiera, piense o desee. 

Paz, paz, Cristo, Cristo, Dominum.
Paz, paz, Cristo, Cristo, Dominum Nostrum.  
 
Con tu fuerza y poder
 y con la ayuda de san Juan y del Espíritu Santo
si ojos tienen, no me miren,
si manos tienen, no me toquen,
si lenguas tienen, no me hablen,
que con los hierros que tengan, a mi no me hieran, 
ayúdame con tu mediación a:

(pedir lo que se quiere conseguir). 

Paz, paz, Cristo, Cristo, Cristo, Cristo
Dominum Nostrum. 

San Juan si tus amigos vienen, déjalos llegar. 

San Marcos si los justos llegan, déjalos acercar. 

Paz, Paz, Cristo, Cristo, Cristo
Dominum Nostrum. 

San Marcos de León,
así como calmaste la sed del león
y a tus pies dominado se quedó,
calma a mis adversarios y a todo el que busque mi mal,
véncelos para que no puedan dañarme,
amánsalos, que no acerquen a mí,
domínalos, para que no lleguen hasta mí.  

Paz, paz, Cristo, Cristo, Cristo
Dominum Nostrum. 

Mi enemigos son bravos como el león,
pero amansados, rendidos y dominados serán
por San Juan y el poder de San Marcos de León.
Paz, paz, Cristo, Cristo Dominum Nostrum. 

Así sea.

Además se deben rezar tres Credos, Padrenuestro y Gloria. 

Para que sea más efectiva esta oración, se repite, junto a los rezos, durante tres días seguidos.