Oración a San Juan de Ávila para pedir la protección de Dios

San Juan de Ávila fue uno de los jefes religiosos más influyentes de España, gran amigo de San Ignacio de Loyola y consejero Santa Teresa y San Francisco de Borja. Recorrió una gran cantidad pueblos predicando la Palabra de Cristo, logrando la conversión de numerosas personas, entre ellas personalidades importantes.

Desde el año 1551 enfermó, aunque eso no fue un impedimento para que siguiera asistiendo a las Eucaristías, a las que les tenía tanto amor; de hecho, se dice que en una ocasión, a pesar de las dolencias, hizo el esfuerzo para ir a misa quedando débil a mitad de camino, por lo que Dios se le presentó como un peregrino motivándolo a seguir, y en una de las últimas Eucaristías antes de morir, una nueva revelación le dijo “perdonados te son todos tus pecados”.

Individuos alrededor del mundo le rezan y resaltan su vida por su gran habilidad para predicar, para convertir a las personas a la vida espiritual, por su gran generosidad con los pobres y, lo más importante, lograr un acercamiento de la sociedad a Dios, para recordar su inmenso amor: es por esta razón que hoy te enseñamos una plegaria dirigida a él, para que solicites su intercesión y puedas conseguir la protección del Todopoderoso que tanto deseas.

Oración de protección a San Juan de Ávila

Oh pastor bendito,  cómo curas a la oveja lastimada y cansada, cómo vuelves por el cristiano que te va siguiendo y va cansado y sudando, y no deja de seguir tus pasos. Cómo y con qué amor vuelves hacia él y tomas a cuestas sus trabajos, y le ayudas a pasar el camino, como un buen pastor. San Juan de Ávila, intercede por mí ante Dios para obtener la gracia de la fortaleza espiritual. Yo quiero seguir a Jesús por el camino que me indique; amar sus misericordias, recibir sus consuelos.

Y si va por un camino con espinas, aunque me duela, quiero seguirlo; porque aunque Él me ponga en una tribulación, sé que se esconde para conocer quién soy sin Él. Que yo no dude de su gran amor, de las gracias que son para mí los problemas y las espinas.

Que entre confiado en las espinas aunque piense que me voy a lastimar, porque es allí donde siempre encontraré al Señor. Quiero entrar en los trabajos donde se encuentra escondido para que yo lo busque; quiero entrar en la carne para vencer con su gracia a las tentaciones, vencer al demonio, sólo con su ayuda.

Quiero entrar como una oveja confiada por donde Él vaya, porque siempre así yo estaré con ÉL. Quiero ir detrás de mi pastor, y descansar a su lado, sabiendo que Él siempre me ama, me protege de todo mal y no separarme más de Él. Amén.