Oración a San Norberto contra los enemigos, las traiciones y la envidia

San Norberto nació en Xanten, donde se caracterizó desde muy joven por sus cualidades físicas, su inteligencia y su gran bondad. Además, su conversión a la vida religiosa es lo que más llama la atención, pues ocurrió de forma repentina; mientras cabalgaba, un rayo asustó a su caballo y este terminó arrojándolo al suelo y dejándolo inconsciente, pero al despertar lo primero que dijo fueron las palabras de San Pablo: “¿Señor qué quieres que yo haga?” y escuchó como respuesta: “Apártate del mal y haz el bien”.

A partir de ese momento, se dirigió a su casa a hacer penitencia y a meditar en una casa de oración, y recibió guía de un santo director espiritual; cuando tuvo los conocimientos necesarios, fue nombrado sacerdote, y luego arzobispo de Magdeburgo.

En su último cargo, empleó todos sus esfuerzos para poner en orden su archidiócesis, pero tuvo que abandonar Magdeburgo por la rebelión de algunos laicos y sacerdotes; no obstante, tras terribles males que empezaron a darse en dicho lugar, los ciudadanos le pidieron que regresara y pudo cumplir sus labores.

A este santo se le conmemora cada 06 de junio, y muchos suelen pedirle su ayuda en temas de injusticias, envidias o traiciones, por eso, hoy te traemos una oración contra los enemigos, compartida por el portal ‘Oraciones de Sanaciones’.

Oración contra enemigos y envidias

¡Oh, glorioso San Norberto! A tus pies se postra tu devoto, gran admirador de tus grandezas, pues fuiste el más grande defensor de la bondad, la fe y la caridad. Gran guerrero justiciero, cazador por excelencia, que socorres a los perseguidos, ten piedad de mí y dame tu favor.

Con tus Siete flechas dame socorro, una para mis enemigos, otra para los calumniadores, otra para los envidiosos, otra para los traidores, otra para los infieles, otra para los que no creen en la ira de dios y la otra para los que se apartan de la verdadera senda de la providencia.

Mi adorado san Norberto, que con tu gran valor domesticaste a las fieras y venciste muchas veces al diablo, podrás concederme las peticiones que en esta oración te hago, por la santa cruz, que fue tu divisa. A ti, gran vencedor, te pido confundas a mis enemigos y los hagas venir a mí para yo perdonarlos y llevarlos al sendero de la piedad santa.

Amansaste los ciervos y de las fieras conseguirte obediencia, fuiste el más sobresaliente paladín de los predicadores de la cristiandad. A tus pies, te pido que hagas que mi vida se vea fuera de todo peligro y pueda gozar en la tierra del favor de dios, para ser digno de tu bendición en la hora de mi muerte. Amén.