‘El mensajero de la muerte’: Un gato que predijo más de 100 fallecimientos en un geriátrico

En diferentes culturas, los gatos son considerados como seres misteriosos que poseen ciertos dones especiales, y aunque en otras han sido asociados al mundo de lo paranormal y de la brujería; lo cierto es que estos felinos poseen características sensoriales que les permiten ser canalizadores de mala energía y en ocasiones tienen el poder de sanar.

Sin embargo, gracias a un hecho insólito ocurrido en un geriátrico de Estados Unidos, un animal de esta especie fue identificado como predictor de múltiples decesos, ganándose el título de “el mensajero de la muerte”.

La historia fue compartida por el Dr. oncólogo especialista en geriatría David Sosa, quien en un estudio publicado en 2007 en la revista ‘The New England Journal of Medicine’, contó cómo se dio cuenta de que el felino poseía este impresionante don.

El nombre de este particular animal es Oscar de 16 años, un pequeño felino de color blanco con manchas atigradas de tamaño mediano y muy peludo, que reside hasta la fecha en el asilo de ancianos Steere House en Rhode Island.

Al parecer, Oscar resultó mejor que cualquier médico especialista para saber cuándo alguno de los pacientes va a morir, así lo expresó Sosa en el estudio: “Oscar no se equivoca. Parece que sabe cuándo los pacientes están a punto de morir”.

En su relato, el especialista narró que cuando Oscar olfateaba el aire, estiraba el cuello y se acurrucaba junto a alguno de los miembros del geriátrico, era señal de que la hora de su muerte estaba cerca, llegando a acertar en más de 100 oportunidades.

Este aviso le sirvió en muchas oportunidades a los médicos del centro de cuidados especiales para informar a los familiares sobre el deterioro de los pacientes e invitarlos a que fuesen a ver a sus seres queridos antes de decir un último adiós.

Aunque nadie sabe cómo el felino adquirió estas habilidades, se dice que quizás la nariz del animal desarrolló la característica de identificar el “olor a muerte”, que es producido por los químicos que liberan las células muertas antes de que una persona cese sus actividades funcionales.

Pese a que algunos eran escépticos frente al tema, muchos médicos confirmaron que en realidad sí sucedía y con mucha más frecuencia de lo que se podían imaginar, el autor del artículo aseguró que: "Nadie muere en el tercer piso a menos que Oscar haga una visita y se quede un rato".

En un diálogo que tuvo Sosa en con Crossroads Hospice, explicó que: “Eventualmente descubrimos después de que él hizo esto varias veces que las personas con las que se estaba quedando generalmente eran las siguientes en irse. Ocurrió una muerte, luego dos muertes y, finalmente, alcanzó unas 20 o 30 muertes seguidas, momento en el que todos comenzaron a decir: 'Vaya, esto es algo bastante único'”.

Las razones del por qué sucede esto aún son un misterio; sin embargo, el márgen de error de Oscar es inverosímil. Para no ser un humano, su racha de predicciones acertadas supera la de muchos otros médicos, muy preparados al rededor del mundo.