Karol, deportista de balonmano, pierde parte de sus brazos por accidente eléctrico
Karol Bastidas, desea regresar a las canchas de balonmano, deporte que la apasiona desde que tenía 10 años.
Karol Bastidas, desea regresar a las canchas de balonmano, deporte que la apasiona desde que tenía 10 años.
Karol Michelle Bastidas, de 16 años, es una destacada deportista perteneciente a la Selección de Balonmano del municipio de Yumbo, un desafortunado accidente toco a la puerta de su hogar, que la llevo a ella y a su madre a la sala de quemados del Hospital Universitario del Valle (HUV), lugar donde le fueron apuntadas partes de sus dos extremidades superiores.
En un momento que se esperaba estuviese lleno de alegría por el regalo que Claudia Ricaurte, madre de la joven, le tenía preparado, la entrega de un apartaestudio como obsequio de cumpleaños al que le faltaba instalarle el cortinero, el cual al momento de subirlo por las escaleras de caracol, hizo contacto con la línea principal de electricidad de la vivienda.
Karol, en el intento de separar la barra que se encontraba atorada, recibió una descarga eléctrica, que según cuenta su mamá la dejo paralizada y con el riesgo de caer de un segundo piso, la madre desesperada, en un intento por socorrer a su niña, recibió también el fuerte impacto de la electricidad.
En su barrio pocos vecinos se percataron de lo sucedido, en las casas aledañas se oía el sonido de varios equipos de sonido a todo volumen, impidiéndoles escuchar los gritos de las mujeres, una vez los vecinos se dieron cuenta de lo que pasaba al interior de la casa, temían interferir, pensaban que si intentaban entrar, podrían tener la misma suerte.
Cuando lograron entrar a socorrerlas, las heridas que presentaba Karol impedían su movilización en moto al centro de salud más cercano, lo que retraso la atención médica, por lo cual fue remitida de urgencias al HUV, donde después de la intervención de los especialistas durante varios días, se determinó que debían amputarle parte de sus brazos para evitar una infección.
“Yo resucité al tercer día. A quienes me han dado fuerzas, quiero decirles que las limitaciones están en la mente. Para todo, obra Dios...Salí de la Unidad de Cuidados Intensivos, puedo vivir sin estar conectada a los aparatos, quiero seguir estudiando y en el deporte", repite Karol.
Una vez fue dada de alta, la joven deportista hablo con sus padres para decirles que no se daría por vencida, que es una prueba más para su vida, que desea ser la mejor estudiante y la mejor deportista, es así que aunque la EPS cubre unas prótesis convencionales, ella anhela tener unas robóticas.
El costo de esta avanzada tecnología está al rededor de 100 millones de pesos por las dos que Karol necesita, por lo cual los padres han iniciado una campaña para recolectar el dinero y así poder darle una nueva oportunidad a su hija de desempañarse con normalidad en sus pasiones.