La curiosa tendencia del beso de tres en las discotecas

Puede parecer extraño y algo asqueroso para quienes no tienen conocimiento o no comparten la idea de esta nueva modalidad de beso entre los jóvenes, pero es real, y es algo que se viene presentando desde hace algún tiempo en los ambientes de rumba, pues es allí donde el exceso de trago comienza a hacer sus efectos, generando el beso de tres.

Por lo general, la mayoría de las personas que visitan antros, bares o centros nocturnos con gran frecuencia son los jóvenes entre los 18 y los 35 años, y aunque muchos de ellos se encuentran solteros, alguonos otros suelen asistir acompañados de sus propias parejas, pero esto no se convierte en ningún impedimento para participar en estos encuentros cercanos con otros seres.

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¿En qué consiste el beso de tres?

Cuando la noche avanza y la emoción del momento comienza a invadir a cada uno de los chicos, surge el famoso beso de tres en el cual tres personas forman una especie de triángulo al unir sus bocas al mismo tiempo; cabe resaltar que no tiene que existir ningún tipo de vínculo amoroso, solo se trata de una manifestación de unión en un momento de diversión.

Este tipo de beso puede darse entre un hombre y dos mujeres, una mujer y dos hombres o un grupo conformado por tres personas del mismo género (todas mujeres o todos hombres). De ahí que esta práctica sea tan extraña, pues tiende a poner en duda la sexualidad de cada individuo frente a las miradas de quienes se encuentran en el mismo entorno.

Lo curioso es que este comportamiento se ha comenzado a consolidar como una de las prácticas más utilizadas por los millennials en las salidas espontáneas, y muchos de los que lo han puesto en práctica afirman que se trata de experimentar un tipo de adrenalina al cruzar la barrera de lo prohibido y de aquello que se considera correcto. 

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Sin embargo, lo que llega a preocupar a algunos expertos es que no siempre lo realizan entre conocidos o amigos, pues llega a darse con personas con las que solo se llega a tener comunicación en la fiesta y de las cuales se tiene poca o ninguna información sobre su vida, sus hábitos de higiene o su estado de salud. 

Lo cierto es que, si bien es un acto que logra aumentar la temperatura y la pasión del momento, hasta tal punto de llegar a fortalecer aún más los lazos de amistad, o romper el hielo con aquellos extraños que apenas se están conociendo, sigue siendo una práctica riesgosa que solo hace parte de una de las tantas tendencias de la juventud de este siglo que no tienen explicación alguna.