Síndrome de fermentación intestinal: la enfermedad que hace que las personas se embriaguen sin consumir alcohol

¿Es posible embriagarse sin consumir alcohol?, esta es la pregunta que se han hecho algunas personas que han sido diagnosticadas con una rara enfermedad conocida como el síndrome de fermentación intestinal, una condición que ha cobrado popularidad en los últimos años. 

Este fue el caso de una mujer que en octubre de 2014 fue detenida por las autoridades en el estado de Nueva York, tras hacerle una prueba de alcoholemia que arrojó un nivel de alcohol en sangre cuatro veces mayor al límite legal. 

La mujer apeló el arresto y logró evitar los cargos por conducir bajo los efectos del alcohol, argumentando que en realidad no había consumido ni una sola gota de licor aquel día, sino que padecía esta rara enfermedad. 

De acuerdo con el portal médico IntraMed, el síndrome de fermentación intestinal “es una afección médica poco común y poco diagnosticada en la que los carbohidratos consumidos son convertidos en alcohol por la microbiota en el tracto gastrointestinal o urinario”. 

Al ser una enfermedad tan rara, su diagnóstico puede ser erróneo. Actualmente existen muy pocos casos reportados de personas que padecen este síndrome, pues para algunos expertos en el ámbito de la salud aún no existen estudios suficientes que avalen su existencia y conducta en el cuerpo humano. 

De acuerdo con algunas investigaciones, por lo general esta condición es generada por dos hongos que serían los responsables de producir etanol endógeno, se trata de los Saccharomyces y la Candida. 

Sin embargo, otros informes han arrojado que las especies que causan el síndrome de fermentación intestinal son Candida albicans, C. glabrata, Saccharomyces cerevisiae, C. intermedia, C. parapsilosis y C. kefyr, o bacterias como Klebsiella pneumoniae y Escherichia, implicadas en la producción intestinal del alcohol. 

Pese a la falta de evidencias, se cree que hay algunas personas que tendrían más riesgo de desarrollar esta condición que otras, por ejemplo quienes padecen enfermedades como diabetes mellitus, cirrosis hepática o cáncer de hígado. 

Entre los síntomas que puede experimentar una persona que padece este síndrome están: la deshinibición, aumento de la sensación de bienestar, euforia, falta de equilibrio, mareo, confusión, disminución de los reflejos, respiración irregular, vómitos e inestabilidad.

Según explica un estudio publicado en BMJ Open Gastroenterology, citado por el portal Mejor con Salud, en algunos casos los primeros síntomas se limitan solo a cambios de humor, delirios y una especie de niebla en la conciencia.

La enfermedad es detectada a través de una prueba de provocación con hidratos de carbono y puede ser tratada con antimicóticos, antibióticos y una dieta baja en carbohidratos y probióticos. Los casos más graves requerirán un trasplante de microbiota fecal.