Síndrome del comedor nocturno: el peligroso trastorno alimenticio que podría estar acabando con tu salud

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) pueden ser muy peligrosos y afectar considerablemente la calidad de vida de quien los padece. Los más conocidos son la anorexia y la bulimia; sin embargo, existen otros tipos de TCA que aunque son menos conocidos, presentan una alta incidencia. 

Uno de estos es el síndrome del comedor nocturno, también conocido como síndrome de la alimentación nocturna (SAN). Este síndrome es definido por expertos de la Academia Española de Nutrición y Dietética como “un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por anorexia durante la mañana, e hiperfagia (comer mucho y compulsivamente) vespertina o nocturna”. 

Normalmente, quienes sufren este síndrome comen de forma exagerada en un estado de plena conciencia e insomnio. Otros pacientes pueden despertarse a la madrugada con el único fin de “picar” algo para saciar su ansiedad.

Entre las principales consecuencias del síndrome del comedor nocturno están el sobrepeso y la obesidad, mayores probabilidades de desarrollar diabetes y otras enfermedades y un mal descanso permanente que podría alterar el funcionamiento del cuerpo. 

“Algunos estudios revelan que desplazar las ingestas hacia la noche perjudica la flexibilidad metabólica. Esto altera el metabolismo de la glucosa y provoca una mayor resistencia a la insulina. El resultado puede ser un aumento de la grasa corporal con ello, un aumento de peso y un mayor riesgo a padecer diabetes”, explican los especialistas. 

Quienes sufren el síndrome de la alimentación nocturna pueden presentar una variedad de síntomas. Los más comunes son: una sensación de hambre insaciable en la noche, dificultades para conciliar el sueño sin antes comer algo, una elevada ingesta calórica por la noche, levantarse de la cama a comer varias veces durante la noche, mal humor al anochecer, anorexia o ausencia de ganas de comer por la mañana. 

La mayoría de los pacientes con SAN tienen atracones durante la noche. Los alimentos que más ingieren son aquellos altos en azúcares y grasas, ya que este tipo de snacks intervienen en el sistema de recompensa cerebral en momentos de ansiedad aumentando la serotonina. 

Aunque no existen datos concretos sobre la cantidad de personas que padecen este trastorno de la conducta alimentaria, se estima que el 1,5% de la población general lo sufre. 

“En personas con sobrepeso el porcentaje aumenta al 10%, y hasta el 25% en personas sometidas a una cirugía bariátrica (reducción de estómago)”, puntualiza Yolanda Fleta, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética.