Pibe Valderrama: En 1995 fichó por Newell's de Argentina, pero los dejó plantados

Entre Colombia y Argentina, con el tiempo, se ha generado cierta relación de admiración, en ambas vías, por los jugadores de ambos países. No es casualidad que nuestros dos mejores jugadores de la historia reciente, James Rodríguez y Falcao García tengan pasado en el fútbol del país gaucho. Asimismo, cuando hablamos de argentinos que hayan venido a Colombia a enriquecer el fútbol, harían falta páginas. Carlos Salvador Bilardo, que fue discípulo de Oswaldo Zubeldía, tiene pasado e Colombia como lo tenía Chidichino.

Así, esta relación parece fortalecerse con los años aunque, en los últimos más con jugadores de acá que se van para allá, siendo más bien pocos los que llegan de Argentina a reforzar las escuadras de Colombia. En esas historias hay una que brilla no por lo que fue, sino por lo que no fue y su protagonista es el considerado por muchos mejor futbolista de la historia de Colombia: El Pibe Valderrama.

Esta historia cumplió un aniversario más el pasado miércoles 4 de enero y nos remonta al lejano 1995, en el que un joven pero maduro Valderrama, que en ese momento vestía la 10 del Junior de Barranquilla, era transferido al Newell´s Old Boys de Rosario. Club donde, por esos días, un pequeño flaco y de baja estatura, con apenas 8 años, pateaba sus primeros balones ignorando totalmente todo lo que significaría en el fútbol del nuevo siglo: Un tal Lionel Andrés Messi.

Así pues, según cuenta la historia, con todo arreglado verbalmente y con la promesa de recibir un adelanto al aterrizar en la ciudad argentina de Rosario, Valderrama dejó Colombia con destino a la tierra de Carlos Gardel. Llegó, se presentó, posó con la camiseta de ‘la lepra’ y atendió a los medios. Apenas al día siguiente, tras no recibir el adelanto prometido previo al viaje se marchó, dejando a los hinchas rojinegros con las ganas de ver esa mágica melena, sobre la camiseta del cuadro de Rosario.

El samario, tiempo después, explicó la razón de su salida de Argentina: “Cenamos y cuando terminamos me quedé esperando ese adelanto que nunca llegó porque empezaron las excusas. Entonces pensé: ‘Si el primer día es malo, todo va a ser malo’. Me regresé y me quedó pendiente jugar en el fútbol argentino”.

Así, con cierto dejo de arrepentimiento, el talentoso exfutbolista afirma que el fútbol argentino se volvió un debe en su larga carrera, pues siempre deseó jugar en aquel país. “Siempre me gustó el ambiente, siempre veo los partidos y están llenos los estadios. Uno llega a la Argentina y desde que se baja del avión se habla de fútbol”.