¿Cómo combatir el estrés diario con mindfulness? Beneficios de esta técnica de meditación

El significado exacto de mindfulness es atención plena o consciencia plena, pero al tratar de comprender de qué trata esa práctica con exactitud nos referimos a la capacidad de “prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”, tal como lo define Jon Kabat-Zinn, referente mundial del mindfulness.

De hecho, puede ser entendida como una técnica de meditación, pues se entrena la mente para ser consciente de todo aquello que nos está sucediendo en el presente, sin intentar reprimirlo, ignorarlo o juzgarlo. Precisamente podría compararse con un carro que pasa por una autopista: lo vemos pasar, siendo conscientes de su existencia, sin quedarnos enfocados en él, ni tampoco ignorarlo como si no fuera real.

Ahora bien, son muchos los beneficios que puede aportarte esta práctica, a nivel emocional y mental, motivo por el cual son muchas las personas que han se han sumergido en este mundo para superar traumas o problemas, o incluso manejar el estrés, la depresión y la ansiedad. Te contamos qué puede hacer por ti:

• Reduce el estrés: promueve la conciencia y la aceptación del presente, por lo cual te ayuda a dejar de preocuparte por el pasado o el futuro, que es lo que generalmente genera estrés.
• Mejora tu bienestar emocional: te ayuda a regular o gestionar mejor tus emociones, y la forma en la que respondes a determinadas situaciones de alta complejidad.
• Mejora la concentración: el enfocarte en el presente puede hacer que tu atención sea también mucho mejor, lo cual puede ser muy beneficioso para ti en diversos ámbitos de tu vida, como el laboral.
• Contribuye a la salud mental: muchas personas tratan su ansiedad, depresión, déficit de atención o hiperactividad con esta práctica.
• Mejor autoconciencia: esta técnica te ayudará a conocerte mejor a ti mismo, así como tus pensamientos y emociones.
• Mejora el sueño: al eliminar el estrés y la ansiedad, y promover la relajación, tendrás también mejor calidad del sueño.
• Mejora relaciones interpersonales: te convertirás en una persona más tranquila, empática y compasiva, por la capacidad que tendrás de prestar atención a pequeños detalles.
• Resiliencia: mejorarás tu capacidad de enfrentar momentos difíciles y aumentarás tu resiliencia emocional.

Pero, seguramente te preguntarás cómo ponerlo en práctica, pues de nada sirve la teoría si no sabes desarrollarla; lo primero que debes saber es que los efectos del Mindfulness en tu vida serán mucho mejores si te apoyas en un profesional, no obstante, hoy te compartimos algunos pasos básicos que puedes seguir incursionar en esta técnica de meditación.

• Lo primero que debes hacer es buscar un lugar tranquilo, aunque no necesariamente debe estar aislado completamente del ruido. Siéntate o acuéstate, y aleja cualquier cosa que pueda convertirse en distracción, como el celular. Deja tu espalda recta y apoya tus manos en las piernas o las rodillas.
• Cierra tus ojos y enfócate en tu respiración, siendo consciente de la forma en la que el aire ingresa y sale de tus pulmones. No importa si pierdes la concentración, cuando seas consciente de ello solo vuelve a centrar tu atención.
• En este punto ya estarás comenzando a practicar la atención plena, y es aquí donde algunos pensamientos comenzarán a aparecer en tu mente. No intentes ignorarlos, quitarlos o juzgarlos, solo obsérvalos, deja que fluyan, y sigue pendiente de tu respiración
• Luego tu atención pasará a las sensaciones que comiences a experimentar en tu cuerpo, para lo cual debes escanear cada zona, notando tensiones e intentando relajarte a medida que vas pasando por cada parte.
• Al finalizar, vuelve a centrarte en tu respiración, no limites cualquier sentimiento o emoción, y así terminarás tu sesión de meditación.

Ten en cuenta que en internet puedes encontrar numerosos contenidos de meditación guiada que pueden hacer que este proceso sea mucho más sencillo, especialmente si eres principiante; además, es importante que reconozcas la importancia de definir un momento del día, todos los días, para repetir esta práctica. De hecho, también puedes tener atención plena el resto del día en todas las actividades que realices, mientras caminas, comes, o realizas cualquier tarea.