VISITA PRESIDENCIAL: Uribe recibe elogios de Casa Blanca y gritos de "asesino" por manifestantes

Política - Jueves, 03 / May / 2007
 
Colombia.com
El presidente, Álvaro Uribe, inició esta semana una visita de tres días a Washington en medio de elogios de la Casa Blanca y de gritos de "asesino" por parte de detractores del Tratado de Libre Comercio.



El mandatario colombiano realiza su visita número 17 a Estados Unidos, con el fin de recabar más apoyo a su política de "seguridad democrática", la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC) y la continuidad del apoyo financiero para la segunda fase del Plan Colombia.

Uribe empezó el día con un variado desayuno con el jefe de la Casa Blanca, George W. Bush, quien instó al Congreso a aprobar los TLCs firmados con Colombia, Perú y Panamá, al considerar que son un instrumento para el desarrollo económico en la región.

"Los acuerdos comerciales con Colombia, Perú y Panamá son mucho más que pactos comerciales. Son señales a Sudamérica de que apoyamos a naciones que están dispuestas a tomar decisiones difíciles en nombre del pueblo", dijo Bush.


En su siguiente parada, ante la 37 conferencia del Consejo de las Américas, en el Departamento de Estado, Uribe recordó la desmovilización de 30.000 paramilitares y 9.000 guerrilleros, cifra que ha repetido en cada foro público para resaltar que su país "empieza ahora a disfrutar de la paz".

En ese encuentro, al que asistieron principalmente empresarios, el gobernante colombiano también fue ovacionado.

En la agenda de Uribe cunden las reuniones con líderes demócratas y republicanos del Congreso, particularmente con aquellos que han expresado dudas sobre los logros de su gobierno en el combate al paramilitarismo y sobre la situación de los derechos laborales.

Entre las citas clave figuran las programadas con el presidente de la federación sindical AFL-CIO, John Sweeney, y con la jerarquía demócrata en el Legislativo.

Ya antes de la reunión con Sweeney, la influyente central obrera reiteró que Colombia es el país "más peligroso del mundo para los sindicalistas" y que, desde que Uribe asumió la presidencia en 2002, más de 400 líderes sindicales han sido asesinados a manos de los "paras".

A Uribe le persiguen las acusaciones de que está vinculado con los paramilitares de ultraderecha, tal como sucedió en una pequeña, pero ruidosa manifestación en la acera de un centro de estudios demócrata, donde más tarde el mandatario seguiría con su mensaje en contra de los grupos armados ilegales.

La protesta en el Centro para el Progreso de EE.UU. (CAP, por su sigla en inglés), en la que los manifestantes le gritaban "asesino", "no al TLC" y "Uribe paraco (paramilitar), el pueblo está berraco (enojado)" sirvió para romper, aunque brevemente, el esquema oficial de la visita de Uribe a Washington.

Veinte de los cerca de 70 manifestantes yacían en la acera, algunos metidos en grandes bolsas blancas en representación de los más de 800 líderes sindicales que, según ellos, han sido asesinados por paramilitares desde el 2002.

También gritaban consignas, en español, como "Bush-Uribe, qué pareja más terrible" y otras que hacían alusión al escándalo de la parapolítica que sacude a Colombia y que ha despertado el escepticismo en el Legislativo estadounidense respecto a la ayuda que se otorga a ese país.

Uribe, que entró al edificio por un garaje privado, optó por salir a la calle y retar a los manifestantes, la mayoría de ellos estadounidenses y varios afrocolombianos, a debatir la situación en Colombia.

En medio del coro de consignas, John Jairo Garcés, un afrocolombiano de Buenaventura-Valle y exiliado en EE.UU. desde 2001 le gritó a Uribe: "La herencia que usted ha dejado a nuestros pueblos son nuestros padres muertos".

El padre de Garcés era un reconocido líder sindicalista asesinado ese año.

A cada acusación o queja, el presidente colombiano, que en ocasiones no ocultó su indignación, tenía lista la respuesta de que su país está comprometido con el combate al terrorismo.

"La gran mayoría de los colombianos y yo mismo estamos determinados a derrotar al terrorismo, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), el narcotráfico", dijo Uribe al intentar aplacar los gritos.


Un par de manifestantes interrumpió el discurso del gobernante ante el CAP, desplegando una manta y gritando que "Colombia no está de venta".

Uribe trae a Washington el mensaje único de que su política de "seguridad democrática" está dando resultados, que el país está más seguro y que un TLC con Estados Unidos generaría más y mejores puestos de trabajo.

Su discurso tendrá que ganar adeptos en los corredores del Congreso, donde continuará su campaña de presión este jueves para recabar apoyo para el TLC y el Plan Colombia, sus dos grandes prioridades.

Por: María Peña
Agencia EFE


Con información de EFE


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