Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Continúan los disturbios violentos en Irlanda del Norte

Continúan los disturbios violentos en Irlanda del Norte, después de enfrentamientos entre católicos republicanos y unionistas irlandeses, el fantasma de la guerra entre bandos parece revivirse.

Varias noches han sido testigo de la violencia entre bandos republicanos y unionistas en Belfast, Irlanda del Norte. Foto: Twitter elpais_america
Varias noches han sido testigo de la violencia entre bandos republicanos y unionistas en Belfast, Irlanda del Norte. Foto: Twitter elpais_america

Continúan los disturbios violentos en Irlanda del Norte, después de enfrentamientos entre católicos republicanos y unionistas irlandeses, el fantasma de la guerra entre bandos parece revivirse.

Los disturbios de los últimos días en Irlanda del Norte no se veían desde hace algún tiempo, las protestas de los unionistas en contra del gobierno británico por su salida de la Unión Europea volvieron a mostrar en el tapete la violencia enquistada por tradición entre Republicanos de origen católico que quieren un estado separado y los Unionistas protestantes que se mantienen adeptos al régimen soberano de la Gran Bretaña.

En Belfast, capital del país los republicanos atacaron a la policía antidisturbios cuando esta impedía su avance en contra de unionistas, lo que se tradujo en lanzamiento de piedras y cocteles molotov contra los efectivos del orden.

Tanto Londres, como Belfast y Dublín han hecho un llamado a la calma, luego de que una tensa calma existía en dos bandos que tradicionalmente se han enfrentado, pasando del plano político a las hostilidades con corte nacionalista y religioso.

Los unionistas experimentan un sentimiento de traición por parte de la corona británica luego de que el Reino Unido abandonara la Unión Europea, mientras que los republicanos han aprovechado la oportunidad para rivalizar en las calles con los protestantes, convirtiendo las calles y barrios en campos de batalla y volviendo a revivir las tensiones que durante décadas los enfrentaron dejando un saldo de 3.500 fallecidos y que finalizaron con la firma del tratado de paz de 1998 conocido como el Acuerdo de Paz del Viernes Santo.

El gobierno autónomo norirlandés, compuesto por unionistas, republicanos y centristas dice encontrarse sumamente preocupado por los actos de violencia y afirmó que “La destrucción, la violencia y las amenazas son completamente inaceptables e injustificables, independientemente de las preocupaciones que existan en las comunidades”.

Una zona al oeste de Belfast conocida como Lanark Way reunió a 600 personas que levantaron barricadas para separar territorios católicos de los protestantes, allí se les prendió fuego a varios automóviles, incluido un bus en movimiento, se denunció la participación de menores de edad alentados por mayores, empeorando el sentimiento de división que tradicionalmente los acompaña.

La Casa Blanca también hizo un llamado a la calma y afirmó estar preocupada por estos hechos.