Opositor ruso Alexei Navalny puso fin a su huelga de hambre

Luego de 24 días sin probar bocado, el dirigente ruso de 45 años y principal opositor del gobierno de Vladimir Putin, Alexei Navalny, decidió poner fin a la huelga de hambre que realizó como protesta ante la negativa de las autoridades rusas de permitir que recibiera atención médica.

Navalny regresó de Alemania, país en donde logró recuperarse de un envenenamiento, que según el propio Navalny, fue realizado por las fuerzas de seguridad rusas, quienes leales a Vladimir Putin, querían deshacerse de él por considerarlo una incómoda piedra en el camino.

Una vez pisó suelo ruso, el opositor fue arrestado y llevado a una cárcel y se le condenó a dos años y medio de prisión, allí, según Navalny, no se le permitía dormir bien, se le obligaba a despertarse y realizar ejercicios varias veces en la noche con el fin de confundirlo y afectarlo psicológicamente, tácticas de las fuerzas de la Federación de Rusia, heredadas de la extinta KGB, el Comité para la Seguridad del Estado de la antigua Unión Soviética, fuerza en la que el actual presidente ruso, Vladimir Putin, fue agente.

Navalny inició la huelga de hambre el día 31 de marzo exigiendo mejores cuidados médicos, pero luego de 24 días de inanición, los médicos que atendieron al dirigente y opositor lo exhortaron a poner fin a esta drástica determinación para evitar un grave deterioro de su salud.

Los médicos que siguieron de cerca a Navalny en esta huelga de hambre anunciaron hace unos días que, de mantenerse esta protesta representada en no probar bocado, lo más seguro es que se deteriore gravemente la salud del afectado e incluso, producir prontamente la muerte.

Los problemas de salud han acompañado a Alexei Navalny desde su reclusión en la prisión, semanas antes del inicio de su huelga de hambre denunció estar sufriendo de entumecimiento en sus brazos y piernas, además pidió ser atendido por su médico personal, pero su solicitud fue negada.

La Corte Europea de Derechos Humanos ha pedido al gobierno ruso del Kremlin que ponga inmediatamente en libertad al líder político y opositor ruso, pero de manera desafiante, la administración de Vladimir Putin se ha negado.