Colombiano en EE.UU. se hizo pasar por un príncipe saudí

Durante 27 años, Anthony Gignac se hizo pasar por el sultán Khaled Al Saud y logró engañar a entidades bancarias y a las autoridades estadounidenses.

Foto: Facebook
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Durante 27 años, Anthony Gignac se hizo pasar por el sultán Khaled Al Saud y logró engañar a entidades bancarias y a las autoridades estadounidenses.

Las autoridades de Estados Unidos capturaron en Oklahoma al colombiano Anthony Gignac, quien se hizo pasar por un príncipe saudí durante más de 27 años, para disfrutar de lujos y obtener tarjetas de crédito hasta por 200 millones de dólares.

Gignac se hacía pasar por el sultán Khaled Al Saud y asistía a los mejores restaurantes del país, conducía lujosos carros y adquiría costosos productos con tarjetas de crédito. 

Este bogotano fue adoptado por una pareja de Michigan cuando aún era muy pequeño.Su historial delictivo, reseñado por Noticias Caracol, inició en la década de los 90 con fraudes y engaños en varios estados del país, incluido Florida. 

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En 1993, Gignac logró ingresar al hotel Grand Bay de Miami, donde existía el Coconut Grove, una zona exclusiva donde se hospedaban artistas como Michael Jackson y Elizabeth Taylor. Durante la estadía en el hotel, este colombiano protagonizó un escándalo por un supuesto hurto, la Policía de Miami notificó el hecho a la embajada de Arabia Saudí, pero allí nadie lo conocía. Gignac logró huir a Chicago, donde fue arrestado.

Luego, en 1994, convenció a su abogado de que él era parte de la realeza saudí y logró salir bajo fianza. Después, bajo engaños, logró que una entidad bancaria le otorgara una tarjeta de crédito con 200 millones de dólares de cupo.

Fue condenado a cuatros años de prisión y 3 de libertad condicional. Sin embargo, este hombre no aprendió y volvió a adoptar su personaje para seguir gozando de varios privilegios. En 2004 volvió a prisión y quedó en libertad en 2006, luego no se volvió a saber de él.

En 2016 volvió a Miami y se hizo pasar por el príncipe árabe para hacer un supuesto negocio multimillonario con credenciales falsas y placas de carros diplomáticos. Invitó a varias personas de negocios a su pent-house en un edificio de Fisher Island. Los empresarios dudaron de su linaje y él les pidió un regalo de USD 50.000 dólares por 'ofender al sultán'.

Ahora este hombre se enfrenta a una condena de 10 años de cárcel por el delito de conspiración para cometer una ofensa contra Estados Unidos, entre otros delitos.

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