Adulta mayor deambula por las calles porque su yerno la echó de su propia casa

Un caso que mantiene indignada a la comunidad del municipio de Piedecuesta en la zona metropolitana de Bucaramanga tiene que ver con una mujer conocida por la comunidad de un barrio que se encuentra deambulando por las calles y que tiene que dormir en ellas porque su yerno la sacó de su propia casa.

Doña Nelly Marín de Álvarez, una adulta mayor de 85 años fue despojada de su casa por su yerno desde el pasado mes de noviembre, y se ha tenido que ver en situación de mendicidad, a pesar de que la vivienda de la que fue sacada por el esposo de su hija la ha pagado durante 20 años, segun indico el diario El Tiempo.

Algunos vecinos de la señora le han brindado alimento y ocasionalmente le han dado un techo para pasar las noches, pero lo que más indigna es la actitud de su yerno, a quien no le importó que la casa fuera de ella y la echó a la calle.

La vivienda de la que fue sacada doña Nelly está ubicada en el barrio Villas de Navarra y los vecinos solicitan a las autoridades que atiendan la situación porque les parece injusto que la señora tenga que pasar día en noche en la calle teniendo su casa.

La hija de doña Nelly falleció y desde entonces su esposo, es decir, su yerno, la echó a la calle y luego de un tiempo una juez emitió una orden de desalojo mientras se define a quién se reconocerá la pertenencia de la casa, a la que pretende hacerse el yerno, así es que él se fue de allí, pero el inmueble quedó bajo llave y candado con las pertenencias de la señora en su interior.

Los vecinos cuestionan la actitud del yerno, a quien consideran un desagradecido porque doña Nelly Marín fue quien crio a su nieto, el hijo que su hija fallecida tuvo con el hombre que la obligó a vivir en la calle y en la indigencia.

Sobre el nieto que doña Nelly crio los vecinos dicen que vive en los Estados Unidos, mientras que no se tienen noticias del yerno, a quien no le importó la suerte de su suegra, que deambula por las calles de Piedecuesta ante la mirada aterrada de sus vecinos, quienes como pueden la ayudan.

La casa que doña Nelly ha pagado por 20 años está sujeta a determinación de un fallo de la Corte Suprema de Justicia en donde se definirá a quién corresponde la vivienda hoy cerrada con candado y sin habitantes.