Por: Stephanny Pinzón • Colombia.com

Atroz testimonio en el que cuentan cómo alquilan a los niños para pedir limosnas en las calles

Una reveladora investigación mostró cómo operan las mafias frente al alquiler de bebes y niños en varias zonas del país. Los menores son drogados para que permanezcan dormidos. 

Niño en la calle. Foto: Pixabay
Niño en la calle. Foto: Pixabay

Una reveladora investigación mostró cómo operan las mafias frente al alquiler de bebes y niños en varias zonas del país. Los menores son drogados para que permanezcan dormidos. 

El pasado domingo 8 de mayo, el programa Séptimo Día, mostró con evidencias una aterradora investigación sobre el alquiler de niños para mendigar en las calles de ciudades como Bucaramanga y Bogotá. Algunos miembros de estas organizaciones se refirieron a la forma tan atroz en que se movían las mafias a través de dicho negocio; comentando además que, en su mayoría, utilizan a personas migrantes venezolanas.

El periodista de esta investigación, Diego Guauque, fue quien reveló la operación de estas organizaciones en todos los frentes; sin embargo, llamó la atención de una fuente directa que trabaja en el sector de la mendicidad y alquiler de menores, pues relató cómo hacían para que los menores estuvieran dormidos; cómo los entrenaban para que fuese creíble y cúanto dinero circulaba en un día. 

Con lo anterior, un hombre perteneciente a estas mafias, contó de manera fría y apartada la manera en la que operaban para alquilar a los niños. Guauche, se refirió al tema del llanto, que a veces suele ser incontrolable, por lo que el hombre respondió que usan drogas como gotas, hongos, ácidos y hasta basuco para que los niños estén “tranquilos” durante estas largas jornadas. 

De esta manera, mencionó que los niños no eran alimentados durante todo el día porque les “cortaba el efecto de la droga”. Frente a esto, el periodista le preguntó cómo les daban estas sustancias a niños tan pequeños, por lo que el hombre aseguró que tenían varias maneras; muchas veces se lo “picaban” para dárselos por la nariz o la boca; otro modo era impregnándoselas en la ropa y otra más disolviéndoselas en “un juguito”.

Asimismo, conseguían que los niños, ya drogados, se “tranquilizaran” y se quedaran “quietos”. Esto no fue lo más aterrador, el hombre le dijo al entrevistador que en ocasiones “hurgaban” los ojos de los niños para que de esta manera quedaran hinchados y pudieran mostrar que los niños “habían estado llorando”. 

El tema económico fue uno de los puntos más llamativos; pues la fuente le contó al periodista que podían recolectar entre $300 mil  y $400 mil  pesos diarios y que su distribución era así: $100 o $120 para el verdadero padre del menor; $100 en manos del reclutador, es decir, el intermediario entre el padre y la persona que alquilaba al niño; $50 mil para el mendigo y $50 para el campanero, o sea, la persona que avisa si ve a la policía. 

Finalmente, la investigación fue de gran relevancia para los ciudadanos que vieron el programa, pues las diferentes historias mostraron un terrible panorama frente a entregar dinero en las calles a personas que pueden tener niños no propios y que son únicamente alquilados para generar “lástima”. De esta manera, también mostraron que “la mendicidad ajena” en Colombia es un delito y que puede tener serias consecuencias.