Por: Yuly Solis • Colombia.com

Banda criminal desmantelada: Policías fueron capturados por millonario robo en Bogotá

Traición al uniforme: dos policías y más de diez criminales roban bodega por más de $1.700 millones.

Actualización
Dos policías se ganaban la confianza de las víctimas de hurto. Foto: Alcaldía de Bogotá
Dos policías se ganaban la confianza de las víctimas de hurto. Foto: Alcaldía de Bogotá

Traición al uniforme: dos policías y más de diez criminales roban bodega por más de $1.700 millones.

En horas de la mañana de este lunes, 18 de noviembre, se dio a conocer que un fiscal de la Seccional Bogotá imputó los delitos de hurto calificado agravado; y secuestro simple a tres hombres pertenecientes a una banda criminal, quienes actuarían en complicidad con dos integrantes de la Policía Nacional, uniformados que también fueron capturados.

Se trata de Lucio Murillo Guasca, Julio César Pirabaguen Hurtado y Jhon Anderson Pirabaguen González; y los uniformados Iván Daniel Ricaurte Montoya y Edison Ramírez Silva.

Según detallan las autoridades, para realizar el último robo, los policías ubicaron una bodega en la localidad de Kennedy. Al llegar, tocan la puerta con la excusa de conocer detalles de un hurto del que habían sido víctimas los dueños del lugar, así cuando las personas abrieron las puertas fueron intimidados con las armas oficiales, luego de lo cual los redujeron y amordazaron en una habitación.

A continuación, los uniformados permitieron el ingreso de dos vehículos en los que viajaban cerca de 10 personas que sustrajeron equipos de cómputo y tecnología avaluados en más de 1.700 millones de pesos. Después del hurto huyeron del lugar.

El robo, que incluyó computadores, iPads y celulares almacenados en la bodega, quedó registrado en video, lo que permitió a la Fiscalía vincular a los policías con una red dedicada a robos de alto impacto en residencias y bodegas.

En el curso de la investigación, las autoridades recaudaron elementos de prueba, además de denuncias y hechos que vinculaban a los dos uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá, con la organización criminal. En medio de las indagaciones, se reveló que el grupo de delincuentes llevaba varios meses amenazando la seguridad de los capitalinos, siendo respaldados por los dos uniformados. 

Rompiendo el juramento que los obliga a defender y proteger a la ciudadanía, los uniformados, eran los encargados de establecer las casas y locales que serían robados.