Por: Alejandro Poveda • Colombia.com

[OPINIÓN] El Gobierno sigue dando motivos para protestar

Quizá lo que se está viendo es solo la punta del iceberg y las verdaderas movilizaciones están a punto de comenzar.

Actualización
"Más grupos se siguen y se seguirán sumando al paro porque este es un país al que le sobran motivos para protestar". Foto: Twitter
"Más grupos se siguen y se seguirán sumando al paro porque este es un país al que le sobran motivos para protestar". Foto: Twitter

Quizá lo que se está viendo es solo la punta del iceberg y las verdaderas movilizaciones están a punto de comenzar.

Las ideas y opiniones expresadas en esta publicación son las del autor y no necesariamente reflejan la opinión ni posición de Colombia.com

El paro nacional por el que hoy atraviesa el país es sin duda alguna uno de los más grandes que se ha visto en los últimos años en Colombia. 

La reciente adhesión de diversos sectores sociales ha hecho que la jornada inicial, pensada para un solo día, se extendiera hasta la actualidad, se fortaleciera con el pasar de los días y se alimentara con los excesos por parte de la fuerza pública durante las movilizaciones, poniendo en una difícil situación al Gobierno, que a pesar de sus intentos, no logra conjurar las manifestaciones.

El 21N, como también se le conoció, fue anunciado por las centrales obreras tras un gran encuentro nacional en el que se discutió con preocupación 3 anuncios hechos por el Gobierno y que los trabajadores denominaron como el “Paquetazo Duque”:

•    La reforma laboral que incluía el pago por horas. 
•    La reforma pensional que eliminaría el régimen de prima media.
•    Holding empresarial con el que estarían en riesgo las empresas públicas y sus respectivos empleos.

Y la lista sigue...

Según ha señalado Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), previo al cese de actividades  se mantuvieron reuniones con el presidente Iván Duque, donde el Mandatario reconoció las medidas y señaló que, aunque con ciertas modificaciones, sí se iban a presentar pese a las objeciones de los sindicatos. 

Hoy el Jefe de Estado no solo niega tales propuestas sino que además, desde sus ministros, anuncia nuevas medidas que no logran apaciguar los ánimos y por el contrario, ratifican todos y cada uno de los puntos del “Paquetazo Duque”.

El problema real para el presidente Duque surgió cuando a las centrales obreras se unieron también el gremio educador liderado por Fecode, grupos étnicos con los que el Estado tiene una gran deuda histórica como lo son el pueblo indígena y el afrocolombiano.

A esta problemática se le sumaron también los estudiantes preocupados por el artículo 144 ,con el que se usarían recursos de la educación para pagar deudas de la nación. De igual manera, ecologistas preocupados por el fracking y los derechos animales. 

Finalmente, la ciudadanía alarmada por los altos índices de desempleo y que se vería directamente afectada con las medidas dentro de la reforma laboral y pensional.

¿A qué juega el Gobierno?

Ahora bien, tras la aprobación en primer debate de la reforma tributaria y la denominada “Ley Andrés Felipe Arias”, la reciente conformación del Grupo Bicentenario (el holding empresarial denunciado por el comité de paro) y los constantes mensajes del Gobierno nacional en contravía de los deseos de la ciudadanía, lo que los colombianos pueden esperar es más jornadas de protesta.

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Esto, mientras Duque sigue con un doble discurso: uno de diálogo frente a los medios y otro de terquedad dentro de su Gobierno que parece escuchar pero no entender que la situación económica actual del país no permite más peso tributario sobre la ciudadanía. Todo esto, mientras los grandes empresarios son beneficiados con subsidios y exenciones en impuestos.

Lo que el Mandatario no se ha detenido a pensar es que día a día crece la inconformidad en distintos gremios de la sociedad, más grupos se siguen y se seguirán sumando al paro porque este es un país al que le sobran motivos para protestar, no solo por las medidas de este Gobierno sino porque tradicionalmente ha sido un Estado lejano de las necesidades del pueblo, o al menos bueno para anunciar soluciones pero pésimo para ejecutarlas.