En Colombia no tomamos leche sino agualeche

El artículo 14 del Decreto 616 de 2006 prohíbe el uso de lactosueros en la leche y las empresas que realizan esta práctica están engañando a los consumidores.

Eso de hacer “rendir” la leche no es algo nuevo, de hecho, los productores de leche saben que adulterando sus componentes se gana más dinero que si se procesa leche auténtica, y aunque la ley prohíba esto, parece que algunos prefieren hacer oídos sordos a la situación.

En el año 2016 el asunto del lactosuero se volvió a poner sobre la mesa, o mejor, en el vaso, y varias empresas productoras fueron sancionadas, pero casi 4 años después vuelve y juega porque se denuncian casos de leche adulterada con lactosuero, una mezcla de leche en polvo, agua y leche original.

Grandes empresas productoras se han visto envueltas en este tipo de prácticas, algunas de ellas de carácter multinacional, razón que las pone un paso delante de los pequeños productores que no pueden competir por razones de costos, porque todo parece indicar que cuanto más adultero, más gano.

Una acción judicial ha sido impuesta por pequeños productores desde hace años, con la idea de denunciar que se vulneraron sus intereses individuales y colectivos por parte de algunas compañías, comercializando un producto que no resulto ser lo que se suponía debería ser.

Para el consumidor no resulta sencillo saber si lo que está adquiriendo, consumiendo y brindando a su familia es leche auténtica, pero la SIC, Superintendencia de Industria y Comercio, realiza control y seguimiento a todos los productos y recibe las diferentes quejas e inquietudes de parte de los usuarios, porque su fin es el de garantizar que los productos para la gente sean de excelente calidad.

Hay que aclarar que no todos los que producen leche la adulteran, pero infortunadamente, tampoco son pocos quienes sí tienen esta práctica, un problema que atenta contra la salud del consumidor y perjudica a los pequeños productores.

Durante los últimos años se han realizado estudios en laboratorios nacionales y extranjeros que han analizado las diferentes marcas de leches consumidas en el país y los resultados arrojados indican que varias empresas de las denominadas grandes, han puesto leche adulterada en el mercado.

Se han impuesto sanciones económicas, pero estas son ínfimas con las ganancias de las empresas, mientras el consumidor está supuestamente alimentándose con un producto que no alimenta, porque lo que toma no es leche sino agualeche.