Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

¿Existe xenofobia en Colombia por la migración venezolana a nuestro país?

¡Hey colombiche!, ¿vos sos colocho? o ¿ustedes son de cocalombia?, son algunos de los insultos que escuchamos los colombianos en el exterior.

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¿Existe odio entre colombianos y venezolanos?. Foto: Interlatin
¿Existe odio entre colombianos y venezolanos?. Foto: Interlatin

¡Hey colombiche!, ¿vos sos colocho? o ¿ustedes son de cocalombia?, son algunos de los insultos que escuchamos los colombianos en el exterior.

Rótulos y palabras denigrantes hacia quienes portamos el pasaporte colombiano han sido el triste pan de cada día desde hace 40 años en aeropuertos y ciudades de cualquier lugar del mundo, los nacidos en esta tierra del sagrado corazón nunca hemos sido bien vistos por muchos extranjeros porque con solo escucharnos ya nos consideran potencialmente peligrosos, declarados casi como una raza paria que no cae bien y que parece estar destinada a medidas de seguridad especiales.

Hace un poco más de 4 décadas comenzaron a cobrar fama diversos narcotraficantes colombianos que a costa de su brillo delictivo opacaban la escasa o casi inexistente imagen que del mundo tenían sobre los colombianos, éramos solo un país que equivocadamente lo ubicaban algunos en África o nos atribuían como capital a La Paz.

Y es que los colombianos siempre hemos sido extranjeros, nuestra vocación de inmigrantes tiene una larga tradición, no somos una raza de aventureros o exploradores, sencillamente millones de compatriotas a lo largo de nuestra historia han abandonado las fronteras para buscar un nuevo futuro en otras latitudes porque infelizmente siempre hemos sido un país pobre que no a todos ofrece las mismas oportunidades.

No hace falta ser Venezol...

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En los años setenta al mirar hacia a un lado apareció Venezuela con su bonanza petrolera, su pujante desarrollo y su pago en dólares, entonces compatriotas de todas las regiones se volcaron hacia el vecino país para trabajar de operarios, empleados, subalternos o de lo que fuera y muchos de ellos se establecieron en la cuna de Bolívar formando familias, familias venezolanas de origen colombiano.

En Venezuela la buena época parecía prolongarse y los colombianos eran los que hacían aquellos trabajos que nadie quería hacer, eran siempre los que hacían los mandados.

Con la consolidación del narcotráfico en cada rincón del mundo apareció la delincuencia y entonces el estigma de ser colombiano se reforzó, significaba además de narcotraficante, ser guerrillero, sicario, extorsionista, estafador, prostituta, proxeneta, ladrón y todo lo malo que un ser humano pudiese encarnar.

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Una rueda giratoria

Lo bueno no dura tanto en estas tierras y de repente, con Chávez, revoluciones bolivarianas, Maduro, aviones Sukhoi y más petróleo, el sueño venezolano se vino abajo, tan abajo como el oro crudo que guarda en su subsuelo.

Millones de venezolanos se vieron forzados a dejar su nación debido a la difícil situación, los de mayor capacidad económica lograron salir a tiempo y a selectos destinos, pero el grueso de la población tuvo que hacerlo en masa para poder sobrevivir porque ya ni harina para las arepas había. La tierra del petróleo fue testigo de cómo todo se convirtió en un caos de miseria y terror.

@MoniVelasquezV

Intercambio armado en la ...

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Así como Colombia miro a un lado y encontró a Venezuela, la historia se repitió, pero al contrario y los venezolanos ingresaron y siguen ingresando a territorio cafetero por millares, muchos con sus familias y a pie, enfrentando duros climas y todo tipo de adversidades como si fuesen llaneros del ejército libertador en plena guerra de independencia.

Pero lo que ellos aún no han logrado enfrentar con éxito es algo tan duro como la propia hambre y la pobreza, se trata de lo que en este país significa ser venezolano.

Por estos días los colombianos nos quejamos de la cantidad de venezolanos que vienen a este país por considerarlos una amenaza para la seguridad y también para nuestros propios trabajos, si vemos un hombre o mujer, especialmente acompañado de niños y de una bolsa de dulces es casi seguro que provienen de Venezuela y también es bien sabido que algunos empleadores prefieren contratar trabajadores venezolanos que a colombianos por la mitad del salario.

Algunos oficios como cuidador de carros, vendedor en los semáforos y transporte público, domiciliario y lavador de carros pasaron a ser labores exclusivas para los recién llegados.

@natalyecheto

que este video ruede por ...

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El caso de la prostitución es otro asunto, pues miles de mujeres de todas las edades venden sus cuerpos a mejor precio y en los volantes de los negocios de dicha naturaleza se anuncia como gran atractivo a venezolanas a bajos tarifas o con “todo incluido”.

La delincuencia no se ha hecho esperar y en las grandes ciudades se ve a diario que muchos de los delitos que se cometen son obra de ciudadanos del país hermano. El ambiente se torna hostil para colombianos y venezolanos, para los primeros porque ven un mayor y preocupante deterioro en la seguridad y en los segundos, porque aparte de las difíciles condiciones en las que sobreviven deben ahora sortear y resistir actos de marcada xenofobia.

¿Por qué el colombiano se volvió xenófobo?, ¿acaso odia a los venezolanos?

No hagas a los demás...

Quizás tantos años soportando la estigmatización universal nos llevó a descargar nuestra prolongada presión interna y la coyuntura venezolana nos hizo explotar, ya nos referimos a los venezolanos como “venecos” y defendemos con la vida si es posible el origen colombiano de la arepa y la hayaca.

Alejandro Ordóñez (embaja...

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Pero no todos los colombianos somos xenófobos ni todos los venezolanos son delincuentes, este país ha sido generoso con los visitantes, se ha condolido con su situación, pero se resiente porque los venezolanos llegaron pobres a un país pobre y con una realidad social a punto de explotar como caldera.

Los colombianos hemos sido y seguimos siendo víctimas de la xenofobia y no podemos justificarnos con la frase “acuérdese de cómo los venecos nos trataban antes”.

Si hay un pueblo con experiencia en ser señalado ese es el colombiano, esa es una razón poderosa para cambiar la realidad y no para buscar venganzas o revanchas con la vida. Como sabemos lo que significa ser excluidos debemos entender que nuestra ayuda al pueblo venezolano es la de un buen samaritano y porque es una época única para hacer valer eso de que somos “países hermanos”.

Los ciudadanos de Venezuela merecen nuestra admiración y respeto y debemos construir una patria que no excluya, sino que fomente la integración.

Cuántas veces hemos tenido que repetir los colombianos que no todos somos narcotraficantes, que los buenos somos más o que pagamos justos por pecadores, es hora de ponernos en los zapatos de los hermanos venezolanos y darnos cuenta de que no es fácil tener que abandonarlo todo para ir a sufrir en otro lugar que puede tener el mismo idioma y algunas semejanzas pero que finalmente no es propio y que la tierra en donde se nace se extrañará siempre.

@CancilleriaCol

Grupo de Lima exige respe...

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Donde comen 2 comen 3 y hasta 4, 5 y 6, la patria que soñó Bolívar no es esa que compra aviones, tanques y misiles sino aquella que sabe vivir en paz con sus hermanos y trabaja unida para que la suerte nos sonría a todos. Colombianos y venezolanos somos hermanos y nuestras semejanzas no tienen que ver únicamente con los colores de nuestras banderas.

La xenofobia no debe tener cabida en nuestros golpeados países, debe erradicarse pronto porque entre venezolanos y colombianos es más lo que nos une que lo que nos separa.

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