Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Jorge 40: De hombre buena gente a temido jefe paramilitar

Quienes lo conocieron antes de ser jefe paramilitar afirman que Jorge 40 era un hombre buena gente, agradable, mamagallista y familiar, algo que no encaja con las características de sus acciones.

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Rodrigo Tovar Pupo nació en el seno de una familia acomodada de la ciudad de Valledupar, capital del Cesar. Foto: Facebook El Meridiano
Rodrigo Tovar Pupo nació en el seno de una familia acomodada de la ciudad de Valledupar, capital del Cesar. Foto: Facebook El Meridiano

Quienes lo conocieron antes de ser jefe paramilitar afirman que Jorge 40 era un hombre buena gente, agradable, mamagallista y familiar, algo que no encaja con las características de sus acciones.

Cuando se escucha hablar de Jorge 40 no se trata de algún monarca miembro de una dinastía eterna, se trata de un alias que produce temor, y al conocer sus actos, nos encontramos ante un personaje que encarna el oscuro pasado del paramilitarismo que sembró odio, terror, desplazamiento y tristeza en Colombia.

El nombre de Rodrigo Tovar Pupo no causa mayor inquietud, bueno, quizás su segundo apellido que no es común y se asocia con familias de la alta sociedad instaladas en el norte de Colombia, especialmente en la ciudad de Valledupar, la muy calurosa y vallenata capital del departamento del Cesar.

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Rodrigo Tovar Pupo nació en el seno de una familia acomodada y prestante de la sociedad del Valle de Upar, dicen que, al nacer, un 19 de noviembre de 1960, se temía porque sus horas en el mundo estuvieran contadas debido a que tenía el cordón umbilical enrollado a su cuerpo, pero finalmente logró aferrarse a la vida, una existencia próxima a cumplir 60 años.

Desde pequeño se le conoció con el apodo de “Papa”, un joven inquieto que no fue un buen estudiante, que viajo a Bogotá, pero no pudo seguir una carrera militar como su padre y que en la ciudad de Valledupar trabajo con la Alcaldía en la oficina de Pesos y Medidas y terminó siendo Secretario de Hacienda, y según algunos que lo conocieron y que son testigos de su trabajo, desempeñó muy bien sus cargos.

Tovar Pupo, cansado de los abusos de los grupos guerrilleros de la región, y que cobraban constantes extorsiones a su familia, decidió ingresar a los grupos de autodefensa y paramilitarismo que se habían establecido en la zona, su familia tuvo que vivir en carne propia el flagelo del secuestro porque una prima suya estuvo cautiva y su padre logró escapar varias veces de intentos de secuestro.

Tovar comenzó en las AUC, Autodefensas Unidas de Colombia traficando armas, pero dada la cercanía y afinidad con Salvatore Mancuso, uno de los líderes de la organización, le fue encomendada la misión de dirigir el Bloque Norte, allí se dio a conocer como Jorge 40, pero el origen de dicho alias aún no tiene un origen confirmado. Algunos dicen que se debe a que cuando llegó, comandaba a 40 hombres, otros que se trataba de un nombre común con el número 40 como la connotación bíblica de los 40 días y noches de Jesús en el desierto, pero proviniendo de donde fuese, ese alias hizo una larga carrera de terror.

Es curioso que muchos de amigos, vecinos y compañeros en otras actividades hayan descrito a Rodrigo Tovar Pupo como un hombre de buen humor, agradable, familiar, “mamagallista y buena gente”, pero quienes estuvieron bajo sus órdenes o alguna vez frente a él, afirman que él sencillamente producía miedo.

Es muy difícil que su alias no produzca terror cuando él confesó su participación en cerca de 600 muertes, razones que confirman su condición de sanguinario y despiadado, algo en que sus amigos y enemigos coincidían.

@croniverdolaga

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Pagó 12 años en los Estados Unidos y debe mantenerse encarcelado en Colombia porque este jefe paramilitar y vinculado al narcotráfico, algo que niega rotundamente, no es beneficiario del programa de Justicia y Paz, y resulta curioso que en los Estados Unidos estuvo en la misma cárcel que un paisano suyo de Valledupar, también perteneciente a familias prestantes; Simón Trinidad, guerrillero de las Farc cuyo verdadero nombre es Ricardo Palmera y enemigos en otras épocas, pero que la reclusión los convirtió en compañeros de raíces vallenatas, ambos gustaban de este género y eran comunes los duelos de canto que se escuchaban en toda la prisión norteamericana.

Jorge 40 es dado a las depresiones y volver a Colombia lo hizo entrar en una situación anímica alterada porque considera que fue traicionado y no esperaba regresar al país para continuar pagando cárcel.
Se espera que la justicia colombiana esclarezca los hechos de violencia en los que participó Rodrigo Tovar Pupo y que dejaron sufrimiento en centenares de familias colombianas.