Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

La inseguridad en Cali es insoportable y en menos de 5 minutos un hombre fue asaltado dos veces

Un hombre que esperaba sentado en una acera mientras abrían el local en el que trabajaba fue asaltado dos veces, en el primer robo se llevaron su celular y en el segundo, su billetera. Las autoridades buscan a los 4 asaltantes y sus ciudadanos se quejan de la administración del alcalde.

Cali se ha convertido en una de las ciudades con mayor inseguridad en Colombia. Foto: Captura de pantalla
Cali se ha convertido en una de las ciudades con mayor inseguridad en Colombia. Foto: Captura de pantalla

Un hombre que esperaba sentado en una acera mientras abrían el local en el que trabajaba fue asaltado dos veces, en el primer robo se llevaron su celular y en el segundo, su billetera. Las autoridades buscan a los 4 asaltantes y sus ciudadanos se quejan de la administración del alcalde.

La situación de inseguridad de Colombia es sencillamente insoportable, no existe día en el que los medios o las redes sociales no registren asaltos a los comercios o a los ciudadanos en cualquier región del país; tampoco hay día en el que seamos nosotros mismos los testigos o las infortunadas víctimas de un atraco.

Cali es una de las ciudades con mayor inseguridad en Colombia, y aunque la situación de delincuencia y desempleo en el país parece similar, en la capital del Valle del Cauca se ha hecho casi insostenible.

En un caso que parece una broma, aunque para la víctima no lo fue, un ciudadano en Cali fue víctima de un robo, eso no parece ser nada extraño, el agravante es que a menos de 5 minutos de registrado el hurto, volvió a ser asaltado.

Los ladrones parecen ser muy disciplinados con su labor delictiva, pues muy temprano en la mañana inician su ‘trabajo’, al igual que muchos ciudadanos que sí se ganan el pan con el sudor de su frente y no con el de la de otros, como un hombre que madrugó a su sitio de trabajo, pero este aún no se encontraba abierto.

El trabajador decidió esperar sentado en la acera a que los encargados del local llegaran, mientras tanto manipulaba su teléfono celular, entonces dos delincuentes que se movilizaban en una motocicleta se percataron de lo que hacía, lo abordaron y se llevaron su dispositivo.

La impotencia y el fastidio se apoderaron del hombre y presa del aburrimiento que le produjo el robo de su teléfono celular volvió a sentarse en la acera con tan mala suerte que sin haber pasado cinco minutos, otro par de hombres que también se movilizaban en una motocicleta decidieron asaltarlo.

Los delincuentes le pedían el teléfono celular al infortunado ciudadano, pero éste les dijo que se lo acababan de robar y uno de los ladrones procedió a esculcarlo minuciosamente ante la impasividad del hombre, que entre aburrido e incrédulo, simplemente dejó que se le llevaran su cartera.

Los robos son la constante en el centro de Cali, lugar en donde se presentaron los hechos, y también en cualquier punto de la ciudad, que, cansada de la situación, pide a las autoridades que hagan mayor presencia para evitar toda clase de hurtos en una capital que hasta hace unas décadas era un lugar tranquilo y seguro.

El joven trabajador no quiere considerarse el hombre con la peor suerte del mundo, pero está seguro de dos cosas, la primera, que no siempre es bueno madrugar, y la segunda, que sí es posible que un rayo le caiga dos veces a una misma persona.