Por: Juan Carlos Garcia Sierra • Colombia.com

Piadoso ladrón roba el celular de una feligrés en plena misa y con total frescura

Un ladrón con mucha fe aprovechó el descuido de una feligrés en plena misa y se llevó su teléfono celular en una iglesia de Barranquilla.

Un ladrón de celulares hace de las suyas en plena misa en Barranquilla. Foto: Instagram lasnoticiascar11
Un ladrón de celulares hace de las suyas en plena misa en Barranquilla. Foto: Instagram lasnoticiascar11

Un ladrón con mucha fe aprovechó el descuido de una feligrés en plena misa y se llevó su teléfono celular en una iglesia de Barranquilla.

La inseguridad en Colombia ha llegado a niveles tan alarmantes que ni en las iglesias los ciudadanos se salvan de ser robados, así lo registró una cámara de seguridad en un templo de la ciudad de Barranquilla que evidencia cómo hay muchos que se muestran como santos, pero en su interior se esconde la plena maldad.

La parroquia de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, ubicada al norte de la ciudad de Barranquilla, seguramente ha recibido a cientos de personas que se han acercado a ella para pedir al altísimo por los pecados cometidos, posiblemente algunos bastante graves que también sean condenados como delito, pero que alguien decida cometer el delito en el interior de la casa de Dios, no es algo que se vea con frecuencia.

Un hombre con fe… en lo ajeno

En medio de una ceremonia religiosa, una mujer que escuchaba con fe la palabra de Dios decidió levantarse de su asiento para dirigirse a la parte en la que se encontraba el coro acompañado de los músicos que interpretaban las canciones propias de la misa, y como se sintió protegida por estar precisamente en el hogar del altísimo no encontró problema en dejar su bolso.

En misa hay que dar limosna, pero no ´papaya´ con los ladrones. Foto: Instagram lasnoriciascar11

Uno de los asistentes a la celebración litúrgica parecía estar más atento a los descuidos de los feligreses que a la homilía que brindaba el sacerdote, y fue así como con total desfachatez el ladrón cambia de posición alarga el brazo y toma el bolso de la mujer, lo revisa con una pasmosidad asombrosa y sustrae un teléfono celular.

El amigo de lo ajeno ya con el botín entre manos deja el bolso en el lugar en el que lo ´encontró´ y se ubica en la posición inicial, mientras tanto, le da un vistazo al teléfono sin inmutarse y sin que alguien pareciera haber visto tan reprochable acción.

Lo que el ladrón que se hacía pasar por buen cristiano no sabía era que una cámara había grabado todos sus movimientos, los cuales poco tenían que ver con venias, arrodillamientos y persignaciones, tampoco se podrá saber si después de su delincuencial obra pidió perdón y realizó alguna oración para cumplir con aquello de que el que peca y reza empata.

El robo de teléfonos celulares es una verdadera pesadilla en el país y no hay lugar vetado para los delincuentes, y aunque no sea consuelo, nadie resulto herido, porque muchos robos de teléfonos bajo la modalidad de asalto terminan en lesiones o en el fallecimiento de la víctima.