Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Policía en Antioquia deja tirado su puesto y regresa muy fresco y borracho

Un agente de Policía en el municipio de Rionegro, Antioquia, recibirá una sanción por dejar abandonado su puesto en un CAI y regresar en estado de embriaguez.

Un superior lee los derechos a un patrullero que se presentó borracho a trabajar. Foto: Youtube
Un superior lee los derechos a un patrullero que se presentó borracho a trabajar. Foto: Youtube

Un agente de Policía en el municipio de Rionegro, Antioquia, recibirá una sanción por dejar abandonado su puesto en un CAI y regresar en estado de embriaguez.

El consumo del licor es un asunto de extrema gravedad y que es el combustible para que en gran medida se registren los aumentos por riñas y violencia intrafamiliar en Colombia, por ello se recomienda que las autoridades de Policía siempre sean ejemplo de buen comportamiento.

Un policía adscrito a un CAI del municipio de Rionegro, en el oriente del departamento de Antioquia y muy transitado y conocido por tener en sus terrenos al aeropuerto internacional José María Córdova, llegó a su trabajo en estado de alicoramiento, pero no contaba con que sería puesto bajo arresto por un superior.

El uniformado dejó ´tirado´ su puesto en el Comando de Acción Inmediata, CAI, en la población en la que en 1863 se realizó una convención para crear una nueva constitución política para el país, que en ese entonces se llamaba Estados Unidos de Colombia, pero al agente policial poco le interesaba la historia de su país y sí la juerga y por eso se marchó de su trabajo para ausentarse de él unas horas y llegar en la noche más ´prendido´ que las luces que en navidad adornan Medellín y su zona metropolitana.

El uniformado retornó a su puesto como agente en un CAI de Rionegro, pero llegó en condiciones en las que jamás se debe presentar un funcionario, y en general cualquier persona a su trabajo. En estado de embriaguez, y mientras un policía le leía sus derechos, el agente intentaba marcar un número celular y a la vez hacía equilibrio para no caerse.

Recibirá dura sanción

El policía le recordó que bajo ninguna circunstancia un policía puede presentarse a trabajar si ha ingerido alcohol, pero el uniformado parecía no entender ni J de lo que le decían.

El agente podría recibir una sanción que va de entre los 6 meses al año, pues esta conducta es considerada como una falta grave dentro de la institución policial, que quiere mostrarse como una fuerza ejemplar para todos los ciudadanos.

El uniformado sufrió el peor guayabo de su vida porque deberá enfrentar una dura sanción por abandonar su puesto de trabajo y también por embriagarse estando en servicio, sin contar con el dolor de cabeza y el malestar general que produce la ingesta de licor.

No es la primera vez que se topa ‘in fraganti’ a algún miembro de la Policía, en los primeros meses de la pandemia se vio a dos policías en servicio y con su uniforme, no poder ni sostenerse en pie luego de ingerir licor en la calle.