San Carlos y Granada: dos pueblos víctimas del conflicto que votaron No

Las dos poblaciones han afrontado la crueldad de las Farc, que han dejado muertos, desaparecidos y jóvenes reclutados para la guerra.

Foto: EFE
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Las dos poblaciones han afrontado la crueldad de las Farc, que han dejado muertos, desaparecidos y jóvenes reclutados para la guerra.

Los municipios de San Carlos y Granada están ubicados al oriente del departamento de Antioquia. Dos poblaciones que tienen historias similares de lo que ha sido vivir en la constante zozobra de un próximo golpe guerrillero de las Farc o del Eln. Es por esto que las dos poblaciones le dijeron No al acuerdo de paz el pasado 2 de octubre en el Plebiscito.

San Carlos

Este municipio cuenta con una población de cerca de 16 mil habitantes. Muchos de ellos han tenido que ser testigos de las desapariciones forzadas, asesinatos, ejecuciones extrajudiciales y 33 masacres.

De a cuerdo con el Centro de Memoria Histórica, durante 1998 y 2010, cerca de 20 mil personas fueron desplazadas, se presentaron 33 masacres, hubo más de 600 homicidios, 350 desaparecidos y 170 víctimas de minas antipersonal. 

En San Carlos el No ganó con 2.697 votos, mientras que el Sí logró 2.390 a favor.

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Granada

El municipio, de cerca de 9 mil habitantes, no cuenta un relato distinto al de haber afrontado el terrorismo de las Farc, quienes los intimidaban con caballos bomba, secuestros, asesinatos, siembra de minas antipersona, reclutamiento de menores de edad para integrar las filas de la guerrilla. Es por ello que hasta el día de hoy el municipio es custodiado por el Ejército.

Sin embargo, Granada ha sido víctima de sus protectores. Un jornalero fue ejecutado de manera extrajudicial por militares del Batallón de Artillería N. 4, que le dispararon y presentaron su cuerpo como guerrillero abatido en combate. Un falso positivo más.

Allí, el No se impuso con más del 60 % de los votos.

No todas las víctimas le dijeron Sí al acuerdo, y no porque no anhelen la paz, sino porque las heridas siguen vivas y, quizá, porque desconfían de la palabra de los máximos jefes de las Farc. Para ellos su deseo es que la justicia se imponga sobre la impunidad.

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