Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

El cartel de los cuadernos, otro caso más de corrupción que se ha escrito en Colombia

Aunque descubierto en 2015, el cartel de la corrupción funcionó por 15 años y logró generar multimillonarias ganancias para las empresas involucradas a costa del dinero de los consumidores.

Durante casi 15 años tres empresas en Colombia se aliaron para monopolizar el mercado de cuadernos. Foto: Youtube
Durante casi 15 años tres empresas en Colombia se aliaron para monopolizar el mercado de cuadernos. Foto: Youtube

Aunque descubierto en 2015, el cartel de la corrupción funcionó por 15 años y logró generar multimillonarias ganancias para las empresas involucradas a costa del dinero de los consumidores.

Los escándalos de corrupción en Colombia no solo se producen a nivel político con el desfalco a las finanzas públicas o a las compañías estatales, estos también se producen a nivel empresarial y en mayor detrimento de las empobrecidas arcas de los colombianos.

El llamado “cartel de los cuadernos” es otro de los escándalos que enriqueció a varias empresas a costa de los consumidores de todos los estratos, que tuvieron que pagar durante años los precios que productoras de cuadernos fijaban a su acomodo mediante un pacto entre ellas.

En el año 2016 fue descubierto un entramado de corrupción en el que las empresas Kimberly, Scribe y Carvajal, conformaron un trío monopolizador de la producción de cuadernos en el país, estas compañías fijaban los precios de sus productos y los aumentaban frecuentemente, esa estrategia les era útil para eliminar la competencia dejándoles enormes ganancias, pero afectando el bolsillo de los padres de familia.

El cartel de los cuadernos no podía competir con la línea económica proveniente de China, entonces se centró en los cuadernos premium, con acabados especiales como repujados o relieves y con carátulas con imágenes propias protegidas por licencias.

Este cartel funcionó entre los años 2001 y 2014, y cuando las investigaciones se iniciaron en el 2015, las empresas Kimberly y Scribe se acogieron al beneficio de colaboración para librarse de la multa.
La delación expuso las prácticas acomodadas de alto nivel que las empresas fabricantes de productos para la escritura realizaron con un carácter anticompetitivo en el mercado de la distribución, producción y la comercialización, lo que les permitió mover más de 2 billones de pesos.

La conformación del cartel de los cuadernos se originó a través de conversaciones directas entre los principales ejecutivos de las empresas, en las que los gerentes de las mismas acordaron pactos y prácticas para lucrarse mutuamente y debilitar a la competencia.

La investigación realizada por la Superintendencia de Industria y Comercio SIC, determinó que, en correos electrónicos, declaraciones de funcionarios o exfuncionarios de las empresas involucradas y evidencias materiales probatorias, dan cuenta de 14 reuniones llevadas a cabo entre gerentes generales y otros de menor rango, en hoteles, clubes, restaurantes y oficinas en Colombia y México.

El cartel de los cuadernos acordaba temas de trabajo sobre los precios de las líneas de cuadernos económicos, pactaba el aumento de precios en la línea premium, no apoyaban el patrocinio de descuentos al consumidor final, buscaban mejor rentabilidad del negocio con prioridad al mercado colombiano y analizaban el mercado exterior, además, invitaban a empresas de países vecinos a subir los precios.

La Superintendencia de Industria y Comercio SIC emitió la resolución 54403 en la que multó a la empresa Carvajal con 14 mil millones de pesos, mientras que a Scribe recibió una sanción de 11 mil millones de pesos y Kimberly con 29 mil millones de pesos.

24 personas relacionadas con las anteriores firmas productoras de productos para escritura recibieron una sanción que se acercaba a los 3 mil millones de pesos.

A pesar del escándalo, las empresas involucradas en este caso de corrupción continúan operando y siguen siendo las más reconocidas en la producción de elementos para escritura en el país.