Preocupación médica: el hábito pospandemia que afecta a millones en EE.UU.
La pandemia dejó muchas lecciones, pero también algunas preocupaciones, entre estas, un mal hábito en crecimiento en varias regiones.
La pandemia dejó muchas lecciones, pero también algunas preocupaciones, entre estas, un mal hábito en crecimiento en varias regiones.
Recientemente, los médicos en Estados Unidos han expresado su preocupación por el alarmante aumento en el número de personas que tienen un hábito muy destructivo y perjudicial para la salud: el alcoholismo.
De acuerdo con los profesionales de la salud, tras la pandemia por el COVID en 2020, miles de personas en el mundo adoptaron este hábito perjudicial, el cual han mantenido a lo largo de los años.
Los expertos indican que esta situación representa un problema para la salud pública. Las razones del incremento del consumo de alcohol serían el estrés y la ansiedad provocados por el encierro y la crisis que se vivió durante la expansión del virus Sars CoV 2.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista ‘Annals of Internal Medicine’, tras la llegada de las vacunas al país, y pese al levantamiento de las restricciones sanitarias, se mantuvieron los niveles elevados de consumo de alcohol observados entre 2018 y 2020, incluso en algunos estados aumentaron.
Para realizar el estudio, los investigadores analizaron los datos de una encuesta anual del National Health Interview Survey (NHIS), que recolecta información de más de 20.000 adultos mayores de 18 años en Estados Unidos.
Los especialistas concluyeron que el consumo de alcohol es mayor en personas que enfrentan problemas de salud mental, lo que a su vez puede incrementar estos trastornos de ansiedad y depresión.
Los expertos se han mostrado muy preocupados, dado que muchas personas habrían adoptado el alcoholismo como una forma de manejar el estrés y la ansiedad; sin embargo, este hábito tiene consecuencias graves a largo plazo.
Según lo revelado por los profesionales de la salud, aunque el alcohol ofrece un “alivio temporal” de los problemas, pues promueve la pérdida de control y de conciencia, tiene consecuencias físicas y mentales.
Además, aumenta el riesgo de accidentes, incrementa la violencia doméstica y otros problemas sociales, creando un círculo vicioso difícil de romper, es por ello que las autoridades deben tomar cartas en el asunto e incentivar prácticas más saludables para el manejo de las emociones.