Por: Alexandra Méndez • Colombia.com

Menor de 7 años tenía comezón en el pie, pero el diagnóstico de los médicos lo dejó aterrado

Los especialistas descubrieron que el menor tenía larvas en su pie.

Médicos descubren larvas en el pie de niño que manifestaba comezón. Foto: Shutterstock
Médicos descubren larvas en el pie de niño que manifestaba comezón. Foto: Shutterstock

Los especialistas descubrieron que el menor tenía larvas en su pie.

A los servicios de urgencias del mundo llegan diariamente todo tipo de casos, desde los más leves hasta los más extremos y raros. Recientemente, se dio a conocer el caso de un menor que acudió al médico manifestando una intensa comezón en el pie, pero el diagnóstico que recibió resultó ser aterrador.

El niño de siete años procedente de Namibia, al suroeste de África, llegó al hospital con unas líneas extrañas en sus pies que le provocaban mucha picazón, tras varios análisis los médicos descubrieron que tenía larvas de anquilostomas.

Los anquilostomas son descritos por la Organización Healthy Children como “pequeños gusanos parásitos de menos de 0.5 pulgadas de largo, que pueden ocasionar infecciones en el intestino delgado”. 

Los especialistas explican que las principales especies de anquilostomas asociadas con infecciones en humanos son el Ancilostoma duodenal y Necator americanus. Estos microorganismos reciben su nombre de los dientes (“ganchos”) o placas de corte en su boca con las que se adhieren a la pared intestinal.

Según la organización, las enfermedades provocadas por anquilostomas son muy comunes en climas tropicales y subtropicales. Los pacientes suelen desarrollar infecciones después de haber tenido contacto con tierra contaminada con heces humanas. 

“Los niños están en un mayor riesgo, ya que con frecuencia juegan con los pies descalzos en áreas con tierra contaminada”, añaden. El caso del menor de 7 años fue reportado en la revista científica 'Scientific Research'.

Según la explicación de los médicos, el niño pudo haber pasado mucho tiempo descalzo en áreas arenosas contaminadas con heces de perros y gatos, las cuales pudieron haber estado infectadas con anquilostomas. 

Por fortuna, el menor no sufrió lesiones mayores y con el tratamiento adecuado logró recuperarse en poco tiempo. "Al cabo de una semana, el picor desapareció y la lesión empezó a desvanecerse. El niño fue monitoreado durante seis semanas y, al final de este período, las lesiones habían desaparecido por completo, por lo que fue dado de alta de la clínica", finalizaron los especialistas.