Actriz de Pasión de Gavilanes recordó cuando tuvo un grave accidente en su cráneo

'Pasión de Gavilanes', una de las novelas más exitosas de la televisión nacional que se estrenó originalmente en el 2003 y en el 2020, durante la pandemia, recuperó su popularidad en Caracol Televisión tras volver a transmitirla después de casi 20 años. Ahora con el estreno de la segunda temporada en Caracol, los seguidores han estado más curiosos con los nuevos personajes que están en dicha temporada.

La nueva temporada se ubica varios años después, cuando cada uno de los protagonistas originales y sus parejas ya han formado una familia, por lo que sus hijos ya están lo bastante grandes como para iniciar con nuevos tramas amorosos. Una de las que más ha llamado la atención es la que encarna el papel de Muriel Caballero Montés, hija de Rosario Montes.

Camila Rojas, nombre de la joven de 33 años quien participa en su proyecto más importante desde el inicio de su carrera, recordó hace algunas horas en medio de una entrevista con La Red, cuando en plena adolescencia sufrió un accidente tan grave que casi le quita la vida, o de lo contrario la hubiese dejado en un estado inimaginable.

Al respecto ella comentó, “Era la porrista que siempre lanzan, la que hace todas las acrobacias en el aire. Dijimos que íbamos a sacar un doble mortal, pero se me fue un doble mortal y medio de la fuerza con la que iba, sobrepasé el segundo piso del colegio (…) Caí de cabeza, me acuerdo de que caí y sentí como una campana, desde ahí no volví a saber nada”.

A pesar del impacto cuando logró recobrar la conciencia intentó valerse por si misma, “Yo les dije, según ellos, los que estaban ahí: ‘No, esperen, no me agarren, yo puedo sola’. Ellos decían que cómo era posible. Caminé unos pasos y me desmayé”. Claramente fue trasladada a un hospital donde diagnosticaron su golpe como fractura de cráneo, lo que podría conllevar que perdiera la memoria o tuviese dificultades, sin embargo, afortunadamente nada de esto pasó.

Finalmente ella dijo, “No sé si me pusieron anestesia o no, pero me acuerdo de que me levanté cuando me estaban poniendo puntos y en ese momento yo me repetía: ‘Bueno, mi nombre es Camila, mi mamá se llama tal’. Yo repetía esas cosas para ver si perdí la memoria. Me tenían en una camilla. Llegaron mis papás, abrí los ojos y les dije:’¿Cómo salió el mortal?’.

A pesar de que no tiene ninguna afección importante, ella sí quedó con secuelas que ha tenido que trabajar, “El cuello debería tener una curva y yo lo tengo recta. Con el tiempo pierdes fuerza en el cuello, en la espalda y hombros. Ahorita me toca trabajar en eso con corregidor de postura para recuperar la curvatura. Esto conlleva muchos dolores también. De los errores se aprende y eso me ha hecho una mujer determinada ante las adversidades”.