Copa Libertadores

Adiós a la Copa Libertadores: Nacional cae ante São Paulo en penales y se despide

Adiós a la Copa Libertadores: Nacional luchó hasta el final en el Morumbí, pero São Paulo lo eliminó 4-3 en penales tras un 1-1 sufrido.

Por: Laura Campo • Colombia.com
Encuentro de equipos en la Copa Libertadores. Foto: EFE
Encuentro de equipos en la Copa Libertadores. Foto: EFE

Adiós a la Copa Libertadores: Nacional luchó hasta el final en el Morumbí, pero São Paulo lo eliminó 4-3 en penales tras un 1-1 sufrido.

Fue una noche de drama puro. Atlético Nacional rozó la hazaña en Brasil, pero terminó despidiéndose de la Copa Libertadores 2025 con el sabor amargo de la eliminación. São Paulo, empujado por su gente y sostenido por la frialdad de su arquero Rafael, avanzó a los cuartos de final tras imponerse en los penales (4-3), después de un empate 1-1 que calcó lo ocurrido en Medellín.


El Verde de la Montaña no se guardó nada. Compitió, luchó y hasta asustó al gigante paulista en varios pasajes del partido. Sin embargo, la expulsión de Edwin Cardona en un momento clave condicionó el juego y dejó a los dirigidos por Jhon Bodmer con un peso difícil de cargar.


La serie se definió desde los once pasos, donde los héroes y villanos se revelan sin compasión. Rafael se agigantó en el arco del Tricolor y Marino Hinestroza se topó con el infortunio: su disparo se estrelló contra el travesaño, desatando la euforia en el Morumbí y la tristeza en toda la hinchada verdolaga por despedirse la tan adorada Copa Libertadores.


São Paulo se lleva el boleto a cuartos, pero Atlético Nacional se despide con la frente en alto de la Copa Libertadores, dejando claro que todavía tiene madera para competir en el más alto nivel del continente. Fue una eliminación dolorosa, sí, pero también una muestra de carácter que invita a soñar con un renacer.

La eliminación golpea, duele y deja cicatrices, pero también recuerda que Atlético Nacional sigue siendo un equipo con peso en el continente. En el Morumbí no se achicó, por el contrario, jugó con orgullo y carácter frente a un tricampeón de Libertadores que necesitó de su hinchada, de la jerarquía de su arquero y hasta de un travesaño para poder sobrevivir. Ese es el legado de este partido: un Nacional que, a pesar de las dudas en su camino, puede competir contra cualquiera.

Ahora el desafío será transformar la frustración en motivación. Jhon Bodmer y su plantel tendrán que recomponer fuerzas y enfocarse en lo que viene a nivel local, sin olvidar que cada derrota también construye futuro. El hincha verdolaga se marcha con la tristeza de una eliminación, sí, pero también con el orgullo de haber visto a su equipo entregarse hasta el último suspiro. En la Libertadores no hay espacio para los débiles, y Nacional, aunque quedó fuera, demostró que todavía tiene con qué soñar en grande.