Por: Juan Carlos Garcia Sierra • Colombia.com

Otra vergüenza del arbitraje colombiano: juez olvidó llevar sus tarjetas a juego que dirigía

Le salvaron la patria al árbitro Jonathan Ortiz cuando se dio cuenta que no tenía sus tarjetas al intentar sacar una. Si no es por su asistente, al juez le hubiera tocado comprar cartulinas.
 

Un juez procura siempre portar sus tarjetas, pero en Colombia, no. Foto: EFE
Un juez procura siempre portar sus tarjetas, pero en Colombia, no. Foto: EFE

Le salvaron la patria al árbitro Jonathan Ortiz cuando se dio cuenta que no tenía sus tarjetas al intentar sacar una. Si no es por su asistente, al juez le hubiera tocado comprar cartulinas.
 

El arbitraje colombiano, fecha tras fecha en el torneo local, muestra un elevado nivel, pero de polémica, debido a los grandes errores que se cometen sus protagonistas, árbitros, jueces de línea y VAR.

Las situaciones claras de falta parecen favorecer a los violentos porque apenas se muestran tarjetas amarillas, de igual manera, varios equipos se han perjudicado por sus controvertidas decisiones, pero es justamente el caso de las tarjetas el que se robó el show en la última jornada de la liga Betplay.

En el juego llevado a cabo en la ciudad de Barranquilla entre el Patriotas de Tunja y el local Junior, el árbitro Jonathan Ortiz se dirigió hacia un jugador que había cometido una falta con la intención de amonestarlo, y vaya sorpresa cuando al intentar hacerlo, se dio cuenta que, en sus bolsillos no tenía las tarjetas debidas.

El árbitro revisó una y otra vez sus bolsillos para ver si allí se encontraban las tarjetas, pero apenas encontró un dulce y algún papelito con algún teléfono anotado, sin embargo, los acrílicos no estaban por lo que tuvo que salir corriendo y solicitar ayuda a alguno de sus colaboradores.

El juez partió en carrera desde la mitad del campo pidiendo ayuda a sus asistentes, y, para fortuna suya, uno de los jueces de línea sí fue muy aplicado al portar sus tarjetas y no tuvo más remedio que ´salvarle´ la patria al despistado referí.

Aunque este tipo de olvidos parecieran ser cosa menor, para el árbitro Jonathan Ortiz resultó ser un vergonzoso episodio, en especial, cuando el arbitraje colombiano está por los suelos y no existe equipo que no se haya considerado perjudicado por las decisiones de los centrales.

Para muchos, este episodio resultó muy gracioso, pero para otros esto es producto del grado de improvisación que vive o mejor que padece el arbitraje y el fútbol profesional colombiano, que debe soportar la desfachatez de los árbitros y de los entes que los rigen, por eso el árbitro Ortiz y el cuerpo de colegiados del país merecen una tarjeta roja.

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