El futuro de Israel en el fútbol mundial en duda por petición de la ONU de suspenderlo
La solicitud de la ONU de expulsar a Israel de FIFA y UEFA por presuntamente poner en riesgo la participación de su selección en el camino al Mundial.

La solicitud de la ONU de expulsar a Israel de FIFA y UEFA por presuntamente poner en riesgo la participación de su selección en el camino al Mundial.
El pedido de un grupo de expertos de Naciones Unidas a la FIFA y la UEFA para que expulsen a Israel de todas las competiciones internacionales no es solo un pronunciamiento político: sus efectos inmediatos podrían cambiar el rumbo del fútbol israelí en selecciones y clubes.
Actualmente, la selección de Israel disputa las eliminatorias rumbo al Mundial 2026, que se jugará en México, Estados Unidos y Canadá. El equipo marcha tercero en su grupo, detrás de Noruega e Italia, con opciones limitadas de clasificación directa pero todavía con posibilidades de alcanzar la repesca. Una eventual suspensión lo dejaría automáticamente fuera de la carrera mundialista, truncando un proceso deportivo que ya venía siendo complejo.
En el ámbito de clubes, el único representante israelí en competiciones europeas esta temporada es el Maccabi Tel Aviv, participante en la Europa League. La exclusión de Israel de la UEFA significaría su salida inmediata del torneo, con consecuencias económicas y deportivas tanto para el club como para la federación local. Además, el castigo impediría a cualquier equipo israelí competir en futuras ediciones de Champions League, Europa League o Conference League.
El golpe sería doble: además de cortar la participación internacional, la Federación de Fútbol de Israel quedaría aislada de instancias continentales. Aunque históricamente pertenece a Asia, su inclusión en UEFA se dio por razones políticas y de seguridad regional. La expulsión supondría un retroceso de décadas en integración futbolística y dejaría a Israel sin un espacio competitivo claro.
Los expertos de la ONU, entre ellos la relatora Francesca Albanese, justifican la petición en lo que denominan un “genocidio en curso” en Gaza. Aunque matizaron que los jugadores no deben ser sancionados de manera individual, insistieron en que las selecciones nacionales y clubes que representan a un Estado “sí pueden y deben ser suspendidos”.
La comparación con otros precedentes pesa sobre FIFA y UEFA. En 2022, Rusia fue suspendida en cuestión de días tras invadir Ucrania, quedando fuera del Mundial de Catar y de toda competición continental. También Sudáfrica vivió un prolongado aislamiento durante el apartheid. Para críticos como el exjugador francés Éric Cantona, mantener a Israel en torneos oficiales a pesar de las denuncias es una “doble vara” que mina la credibilidad del deporte.
Por ahora, ni FIFA ni UEFA han dado una respuesta oficial. Sin embargo, el escenario es claro: si se concreta la suspensión, Israel quedará fuera del camino hacia el Mundial y sus clubes perderán presencia en Europa. Un precedente que podría redefinir la relación entre deporte y política en el fútbol mundial.