Efraín Juárez demostró que tiene trono, reina y que sigue siendo el rey

Efraín Juárez ha logrado inscribir su nombre en la historia del fútbol colombiano tras una temporada inolvidable al frente de Atlético Nacional. En su primera experiencia como entrenador en propiedad, Juárez llevó al equipo verde de Antioquia a conquistar un histórico doblete, alzándose con el título de Liga y la Copa de Colombia.

Este logro, alcanzado en apenas 116 días desde su llegada, marca un hito no solo para él, sino también para la corta lista de técnicos mexicanos que han triunfado en el extranjero, sin mencionar que abre la puerta para los 'Manitos' en el fútbol colombiano. 

Es importante recordar que Juárez asumió el cargo con la temporada ya en marcha, enfrentando grandes expectativas y retos propios de dirigir a uno de los clubes más exitosos de Colombia. Sin prometer títulos, el estratega dejó claro desde el inicio que su meta era pelear campeonatos. Y lo consiguió.

Bajo su dirección, Nacional no solo mantuvo su tradición ganadora, sino que demostró una resiliencia admirable, sorteando momentos difíciles para consolidarse como el equipo más laureado del país con su estrella número 18.

En la rueda de prensa posterior al título de Liga, Juárez compartió sus reflexiones sobre el proceso. “Nacional siempre está para grandes cosas. Llegué con la intención de pelear finales, y hoy le pusimos la cereza a este proyecto”, comentó.

El técnico, quien hace unos cuantos años se desempeñaba como jugador profesional, destacó la calidad humana y profesional de su plantel, asegurando que el éxito fue posible gracias a un grupo que supo mantenerse unido en las adversidades. “Este vestuario es especial. Hemos vivido momentos duros, pero eso nos ha fortalecido”, añadió.

Así, el técnico mexicano, quien llegó a Nacional sin experiencia previa en primera división, ha demostrado que la confianza de la directiva fue bien depositada. Este triunfo no solo representa un momento culminante en su carrera, sino también un inicio para un proyecto que promete seguir dando frutos en el futuro cercano.