¿Cómo afrontar el duelo por la muerte de una mascota?

Los animales de compañía son considerados parte de nuestra familia y su muerte puede sufrirse tanto como la de cualquier otro ser querido, lo que implica afrontar situaciones y momentos de profundo dolor y angustia, entre otros sentimientos que, aunque pueden hacer parte natural del proceso de duelo, en ocasiones requieren de una atención profesional para superarse.

“Mi vida cambió por completo; las rutinas, el sueño, mi estado de ánimo, incluso las relaciones con otras personas se tornaron diferentes cuando Rufo murió… me alejé casi por completo, aun hoy, meses después, no hay un día en que no lo extrañe y piense en él”, cuenta Claudia, quien hace casi seis meses, junto con su esposo vieron la vida de su perrito apagarse por cuenta de un cáncer. 

“Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos, visitamos varios médicos veterinarios, le mandamos a hacer múltiples exámenes, le suministrábamos sin falta cada medicamento… era tanto nuestro amor por él que sentimos la necesidad de anteponer su bienestar y calidad de vida a nuestro deseo de que continuara con nosotros. Su dolor ya no le era tolerable y los analgésicos no surtían efecto. Una madrugada en la que pasamos en vela junto a él tomamos la decisión de dejarlo ir…”.

Como Claudia, millones de personas viven en todo el mundo la experiencia de la muerte de sus animales, una situación cuyo proceso depende de múltiples variables que deben pasar por la comprensión de la naturaleza de las relaciones de afecto que, con mayor intensidad, viven ahora muchos humanos con sus animales de compañía

Según Andrea Millán, psicóloga del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), se deben comprender las situaciones clínicas, de senilidad y padecimiento de enfermedades degenerativas y terminales que generan en los animales una serie de reacciones físicas, comportamentales y emocionales, que desencadenan su deterioro progresivo, situación que amerita una reflexión por parte de los tenedores con respecto a qué hacer para mitigar o eliminar su sufrimiento.

Por otra parte, es importante tener en cuenta el criterio médico veterinario, ya que son los profesionales de la salud animal quienes podrán orientarnos e informarnos sobre la situación real del animal y su pronóstico.

¿Qué hacer cuando el momento de la muerte llega?

Tristeza, negación, frustración, rabia, soledad, culpa y aceptación hacen parte de las muchas emociones y fases, que al igual que ocurre ante el fallecimiento de los humanos, también podemos experimentar con la pérdida de los animales. Así que, aquí te presentamos algunas pautas que pueden contribuir a afrontarlo y superarlo, sin embargo, cada proceso es tan particular como el del individuo que lo vive:

• Identifica tu red de apoyo. Aunque a veces necesitamos momentos de soledad, estos pueden agudizar los sentimientos de tristeza.
• Expresa tus sentimientos, no te culpes ni culpes a nadie por la situación, ni discutas con aquellos que no entienden el inmenso dolor y amor que puedes sentir por tu animal. Tienes derecho de experimentar tu tristeza. No te apenes por llorar y hazlo cuantas veces lo necesites. El desahogo es necesario.
• Recuerda a tu animal de compañía con gratitud e inmenso cariño. Rememorar los momentos bonitos que compartieron te sacará sonrisas y contribuirá a traerte paz y tranquilidad.
• Evita seguir realizando rutinas que tenías con tu animal de compañía, por ejemplo, salir al mismo parque, llenar sus recipientes con comida o arreglar sus cobijas. Busca actividades y experiencias nuevas que te ofrezcan momentos de calma y alegría, como ir a cenar a un lugar que no conocías, a cine, al gimnasio o salir con amigos a tomar un café, ¡lo que te haga sentir bien!
• No busques llenar ese vacío emocional con otro animal, cada uno es diferente y todos merecen ser valorados como seres individuales y únicos.
• Si así lo decides, cuando te sientas preparado para tener otro animal de compañía, recuerda que no estás “reemplazando al anterior”, sólo le estas dando la oportunidad a otro de tener un hogar donde será cuidado y amado; y tú, obtendrás nuevamente un amigo incondicional.
• Finalmente, recuerda que, independientemente de la causa de la muerte, tu fiel amigo ya ha sido liberado de cualquier dolor y enfermedad.