Por: Con información de EFE • Colombia.com

Mino, la perrita que lleva 3 años junto a la tumba de un niño que murió ahogado

La historia de Mino, una perrita en Vietnam, ha conmovido a muchas personas, pues lleva 3 años acompañando la tumba de su dueño, un niño que murió ahogado.

Mino, la perrita fiel que no se separa de la tumba de un niño. Foto: EFE
Mino, la perrita fiel que no se separa de la tumba de un niño. Foto: EFE

La historia de Mino, una perrita en Vietnam, ha conmovido a muchas personas, pues lleva 3 años acompañando la tumba de su dueño, un niño que murió ahogado.

Mino, una perrita de color negro, lleva tres de sus cuatro años de vida acompañando la tumba de su dueño, un niño de dos años que murió ahogado en una acequia cercana a su casa, en la provincia de Long An, en el delta del río Mekong al sur de Vietnam, y del que nunca se separaba durante el año en el que convivieron.

Y es que, este animal ha confirmado la teoría de que los perros son el mejor amigo del hombre y que son los animales más fieles que podrás encontrar pues, según cuenta a Efe Nguyen Thi Ut, abuela del pequeño, tres días después del entierro que se llevó a cabo en la parte trasera de la casa, el perro se instaló sobre el sepulcro y no hubo manera de que lo abandonara. "Traté de que dejara de ir porque no me parecía bien, pero siempre terminaba volviendo. Al final decidí dejarle", cuenta la mujer de 57 años.

Un vínculo mágico

Mino llegó a la familia siendo un cachorro, cuando el pequeño Khet tenía apenas un año y desde el principio, relata Ut, se hicieron amigos; pasaban el día jugando juntos mientras los padres trabajaban y los abuelos se ocupaban de la casa.

No obstante, esta relación especial se quebró por la trágica muerte de Khet cuando apenas tenía dos años de edad. Mientras su madre se encontraba cocinando, el pequeño salió de la casa y cruzó el camino de tierra que separa la vivienda del canal aledaño, fue allí cuando cayó al agua sin que nadie llegara a tiempo para salvarlo.

Siguiendo una antigua tradición del campo vietnamita, su cuerpo fue sepultado en la parte trasera de la casa, sin pensar lo que esto significaría para su fiel amigo, Minos; tres días después del entierro se ubicó sobre la lápida y convirtió ese lugar en su favorito desde la tragedia, pues es donde más tiempo pasa.

"Siempre entra en casa un par de horas al mediodía y después vuelve a salir, aunque haga mucho sol o llueva. A veces incluso pasa toda la noche", cuenta Ut, convencida de que el animal sabe lo que le ocurrió al niño y que su cuerpo está allí abajo.

Mino, no ladra ni aúlla sobre el sepulcro, como si tratara de mostrar una señal de respeto hacia su amigo, simplemente se recuesta y permanece allí la mayor parte del día. "A veces, coge algo de comida o alguna fruta y la deja junto a la tumba", apunta Nguyen Thanh Go, padre de la difunta criatura.

Mino siempre regresa al mismo lugar, sin importar si hace sol o llueve. Foto: EFE
Mino siempre regresa al mismo lugar, sin importar si hace sol o llueve. Foto: EFE

Mientras Ut habla, la hermana del niño fallecido, de 6 años juega por la casa y Go, el padre, se ocupa del bebé de once meses, nacido dos años después de la tragedia. La perra se muestra cariñosa con ellos, pero Ut comenta que no ha alcanzado con ninguno de sus nietos una relación tan cercana como la que tuvo con Khet.

Sabiendo de las largas horas que Mino pasaba bajo el sol y la lluvia, un amigo de la familia les regaló un cobertizo para que se resguardara, pero tuvieron que retirarlo a los pocos días por las quejas de un pariente que reclama la propiedad del terreno.

Ante sus exigencias, la familia organizará en marzo una ceremonia para trasladar la tumba y acercarla unos metros a la casa. "Estoy segura de que aunque cambiemos la tumba de sitio, Mino seguirá pasando allí el día", relata Ut.