Valiente mujer de 74 años salvó a su perro del ataque de un cocodrilo de 2 metros

Está más que demostrado que, así como los animales están dispuestos a dar su vida por salvar la de sus dueños, las personas también son capaces de hacer cualquier cosa por velar por el bienestar de sus mascotas; fue precisamente esto lo que sucedió en el parque Burt Aaronson, al oeste de Boca Ratón, en Florida – Estados Unidos, donde una valiente mujer se arriesgó por rescatar a su perro del ataque de un enorme cocodrilo.

Se trata de Suzan Marciano, una mujer de 74 años de edad, quien paseaba por el lugar con Nalu, su perro de raza golden retriever, lanzándole en ocasiones un palo para que lo regresara a sus manos; sin embargo, de forma inesperada, el canino cayó al lago, donde la sombra de un caimán de 1,80 metros de largo empezó a acercarse, tal como lo reveló al diario The Palm Beach Post.

El reptil atrapó al perro y, sin pensarlo dos veces, Suzan se arrojó encima para salvar a su mascota, sin pensar en el riesgo que corría de ser atacada por el animal; “Me arrojé sobre el caimán con todo mi peso”, contó la mujer al mismo medio, y fue este el momento donde logó que el cocodrilo soltara a Nalu pero, recibió una mordida en toda la palma de su mano.

Por fortuna, ambos pudieron salir vivos de tan tormentosa y angustiante experiencia, a pesar de que el perro tuvo que ser operado pues las heridas de los dientes del caimán eran muy profundas; asimismo, Suzan recibió algunos puntos de sutura en la mano tras la mordedura.

Al respecto, se conoce que los cocodrilos ocupan el quinto puesto en la lista de animales que más muertes de seres humanos han ocasionado en Estados Unidos, desde hace 50 años; de hecho, la Comisión de Vida Salvaje y Pesca de Florida ha documentado más de 20 fallecimientos de personas por ataques de estos reptiles, desde 1948.

La mujer afirma que, aunque se encuentra aliviada porque nada grave sucedió con ella ni con su mascota, el evento generó un gran impacto en la salud mental y emocional de ambos, pues Nalu se mantiene más quieto de lo normal y teme alejarse demasiado de la casa.

Por su parte, ella asegura tener momentos de depresión repentina, comenzando a llorar sin ninguna explicación, pues no puede olvidar aquel terrorífico día, ni sacarse de la cabeza los ojos sombríos del caimán mirándola; de hecho, esta mujer y su perro tardaron algunas semanas en regresar al lugar donde todo sucedió, teniendo en cuenta que los hechos se dieron en el mes de agosto.