ANÁLISIS: ¿Por qué Uribe es el favorito a continuar gobernando?

Viernes, 26 / May / 2006
 
Colombia.com
Si en Colombia la guerra no se ha acabado, si el narcotráfico no ha desaparecido y si la economía despegó pero la pobreza y el subempleo siguen siendo muy altos, ¿por qué el presidente Álvaro Uribe es el gran favorito para ser reelegido este domingo 28 de mayo?

Un sector duda de que haya cumplido con sus promesas electorales y se preguntan cómo es posible que sea favorito para ganar las elecciones.

Esa pregunta, que se están haciendo muchos analistas en Colombia y en el exterior tiene mucho sentido, porque hace cuatro años Uribe llegó al poder con la promesa de un país sin guerrilleros, sin paramilitares y sin drogas. Y porque también ofreció hacer mucho en el campo social.

Hasta ahora, su gobierno ha contenido a la guerrilla, pero no la ha derrotado; ha negociado con los paramilitares, pero estos no han desaparecido; ha erradicado centenares de miles de hectáreas de coca, pero continúan los cultivos y los laboratorios para el procesamiento de drogas y aunque la economía se ha reactivado, se ha perdido la calidad del empleo.

Entonces, ¿por qué es casi un hecho la reelección de Uribe? "Por una combinación de varios factores", le responde a la BBC Elisabeth Ungar, profesora de Ciencia Política de la Universidad de los Andes en Bogotá.

"Existe la sensación de que todo ya está decidido. Y en esa medida los electores no cuestionan mucho las ejecutorias del Presidente", dice.

Uribe ¿populista?

Según la experta, en el favoritismo del Presidente también incide mucho el estilo de gobernar. "Uribe es paternalista. A veces bravucón y a veces bonachón. Reprende cuando tiene que reprender, apela a los diminutivos. Es la representación de la figura de autoridad", agrega.

Uribe, que es elocuente y hábil frente a los medios de comunicación, logra conectarse con la gente del común.

Va cada semana a pueblos y ciudades, y durante largas jornadas con la comunidad -que son transmitidas en directo por televisión- interviene en la discusión y a veces en la solución de asuntos locales, muchos de los cuales ni siquiera son de su competencia.

Cuando ocurre una desgracia o su gobierno tiene un revés, es frecuente que Uribe se ponga del lado de los afectados y las víctimas, y sea el primero en exigir resultados.

Todo eso puede explicar en buena parte la popularidad del Presidente y la aprobación de su gestión, que según las encuestas bordean el 70 por ciento.

"No le cobran lo que no hizo"

A Uribe no le están cobrando lo que no hizo. No capturó a ningún pez gordo de la guerrilla, no ha acabado la guerra, el proceso con las autodefensas es muy deficiente, y siguen rampantes la corrupción y la politiquería que prometió desterrar: Elisabeth Ungar, Universidad de los Andes


A lo anterior se unen otros factores. Ungar señala que los demás candidatos presidenciales de importancia -Carlos Gaviria y Horacio Serpa- "no han hecho propuestas alternativas".

"Es paradójico. A Uribe no le están cobrando lo que no hizo. No capturó a ningún pez gordo de la guerrilla, no ha acabado la guerra, el proceso con las autodefensas es muy deficiente, y siguen rampantes la corrupción y la politiquería que prometió desterrar", agrega.

Otra experta, la ex congresista María Cristina Ocampo, directora de la maestría en políticas sociales de la Universidad Javeriana, dice que en estos cuatro años Colombia vivió un proceso de "derechización" bajo Uribe.

"Forzada Colombia a escoger entre el presidente Uribe y el 'Mono Jojoy' -uno de los principales jefes de la guerrilla de las Farc- escogió a Uribe", agrega.

Según Ocampo, "en un país como Colombia, que lleva muchos años en guerra, parar la guerra era hace cuatro años una propuesta de gobierno más allá de cualquiera otra propuesta económica, social o de libertades ciudadanas. Lo sorprendente es que hoy siga siendo lo mismo y que el sentimiento colectivo sea que tenemos que sostenernos en Uribe".

Ella cree que todo se debe a una combinación del principio hobbsiano de parar la guerra y luego construir prosperidad, y a una "astuta, hábil y sistemática manipulación de la opinión pública".

Menos de la mitad

Pero, además, Ungar llama la atención sobre la debilidad de los partidos políticos, que "están muy golpeados". Y advierte que es muy grave "un país centrado en una persona, porque en el momento en que la popularidad del Presidente caiga o este pierda apoyo en el Congreso, no tiene soporte, ni cimientos que lo mantengan".

Un connotado seguidor de Uribe, el ex vicepresidente Humberto De la Calle, dice que en el tema crítico del orden público no encuentra alternativa distinta. "A Colombia le conviene continuar con esta política por lo menos durante un tiempo. No descartaría que una reelección de Uribe lleve a las Farc a buscar un diálogo sincero", dice.

Las últimas encuestas preelectorales, reveladas el pasado fin de semana, le daban a Uribe una intención de voto entre el 54 y el 61 por ciento frente a Gaviria, con alrededor del 23 por ciento y Serpa, con algo más del 10 por ciento.

Lo más paradójico es que, no obstante sus aparentes altos niveles de popularidad, es muy probable que Uribe sea reelegido en una jornada donde los niveles de abstención podrían superar el 50 por ciento, como ya es tradicional en Colombia.

Con información de la BBC

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