Ordenan "cerrar" las Puertas del Infierno de Turkmenistán por riesgos

Las Puertas del Infierno "salieron" tras una perforación de gas fallida que provocó que el suelo se 'socavara' y se transformó en una caverna de gas, que se convirtieron en un atractivo de Turkmenistán. El presidente Gurbanguly Berdymukhamedov, aseguró que "se debe clausurar" ese Infierno. 

Según refieren medios internacionales, la razón de querer "clausurar" este enigmático y tenebroso lugar, es que representa un gran riesgo, ya que el fuego de los gases de metano, "nunca se apaga". ¿Serán los demonios alimentándose de ellos? 

Lo cierto, es que el boquete ya tiene 70 metros de ancho y al menos 20 metros de profundidad y sigue emanando gases que representan un asunto de salud pública. 

"Estamos perdiendo valiosos recursos naturales con este pozo, se podría obtener grandes beneficios que significan mejoras para el bienestar de nuestro pueblo", dijo el presidente a medios internacionales. 

Ahora bien, el presidente Berdymukhamedov tiene años, tratando de "apagar el fuego del Infierno", pero no ha sido posible. Ahora pide asistencia a su gabinete, para reunir toda la ayuda científica posible, incluso está dispuesto a traer consultores extranjeros para lograr extinguir el fuego. 

Sin embargo, lo enigmático de este lugar es que la versión de la perforación de gas no tiene testigos ni documentación que pueda validarla, así que el origen de las Puertas del Infierno, es un misterio.  

"Una de las cosas más llamativas y frustrantes sobre este cráter es que realmente no hay mucha información sobre él. No se puede conseguir ni siquiera visitando el país", contó uno de los viajeros que se han atrevido a visitar este país.

A lo que surgen otras versiones, como la de Jeronim Perovic, historiador de la Unión Soviética, que asegura que las Puerta del Infierno pueden ser "resultado de un intento de ocultar errores". 

A la Unión Soviética no le importaba quemar un poco de gas metano, pues tenían los conocimientos para extraerlo y sacar provecho de ello. "Quemar 15.000 o 16.000 metros cúbicos por año, que es cuatro veces lo que usa Suiza al año, para ellos no era nada. Así que en lugar de pensar en qué se podría usar racionalmente o ponerlo en una tubería, que requiere construir infraestructura, simplemente podrían haber decidido quemarlo para ocultar cosas", sentenció.