Por: Alejandro Poveda • Colombia.com

Robert Johnson, el músico que le vendió su alma al diablo

Tocaba en los cementerios y su talento, como su vida, fue bastante fugaz.

Actualización
Robert Johnson y su mística guitarra. Foto: Twitter @Performxnce
Robert Johnson y su mística guitarra. Foto: Twitter @Performxnce

Tocaba en los cementerios y su talento, como su vida, fue bastante fugaz.

¿Cómo es posible que alguien adquiera exepcionales dotes musicales luego de no demostrar ningún tipo de talento? Ese es el misterio que rodea la corta y misteriosa vida de Robert Johnson, uno de los pioneros del blues en Estados Unidos y quien con tan solo 27 años se convirtió en toda una leyenda de la música.

El protagonista nació el 8 de mayo de 1911 en Hazlehurst, Misisipi, Estados Unidos. Aunque desde muy joven demostró un especial interés por la música, el talento musical nunca se vio en sus interpretaciones y por el contrario fue un músico más del montón en su juventud temprana.

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El estudio nunca fue una de sus aficiones, razón por la cual abandonó la escuela tan pronto desarrolló una miopía que le sirvió de excusa para dedicarse de lleno a la armónica y el arpa. La tragedia en su corta vida fue una compañera permanente.

En 1929, a la edad de 18 años, contrajo matrimonio con Virginia Travis, 2 años menor que él y con quien encontró un poco de orden para su vida, ya que las mujeres y el whisky le procuraron hasta entonces una vida muy bohemia al joven músico. Lamentablemente un año después de aquella unión, Virginia falleció durante el parto de su primogénito, quien también corrió con la misma suerte.

Este duro golpe significó el inicio de la leyenda detrás de Robert Johnson, quien empezó a vagar por diferentes pueblos sumido en el licor, el blues y la depresión. Se cuenta que allí fue cuando empezó a tocar en los cementerios 'para no ser molestado por nadie', según decía él. Sin embargo, la extraña costumbre fortaleció más la leyenda de su pacto con el diablo.

Pasaron al menos cuatro meses para que Johnson volviera a su pueblo natal convertido en todo un prodigio de la música. Un tiempo bastante breve para adquirir la maestría con la que ahora el músico tocaba la guitarra y componía canciones.

La leyenda dice que Robert Johnson invocó al demonio en el cruce de caminos que se encuentra entre las autopista 61 con la 49 en Clarkesdale, Misisipi. Justo cuando la luna se encontraba en el centro del cielo a la media noche. Allí, solo con la luz de la luna, se apareció el mismísimo diablo que solo se limitó a tocar la guitarra de Johnson para que esta obtuviera un sonido sobrenatural.

Luego de eso Johnson siguió vagando por el sur de Estados Unidos sabiendo que la hora de cumplir con su parte del trato estaba cada vez más cerca. Dicen que solo tenía que pasar sus manos sobre la guitarra para que esta emitiera el mejor blues que se había compuesto en la época. “Crossroads” y "Me and the devil blues", dos de sus canciones, parecen contar cómo fue que realizó el trato con Satán.

Siempre parecía estar huyendo de algo, sabía que lo perseguían. El 16 de agosto de 1938, en Greenwood, parece que ese ‘algo’ lo encontró. A la corta edad de 27 años terminó la leyenda de Robert Johnson como el mejor guitarrista de Blues.

Algunos señalan que fue el veneno en un whisky que Johnson bebió el que le arrebató la vida, pero a medida que pasan los años la leyenda de su trato con el diablo sigue creciendo.