El misterio detrás del Vampirismo, la enfermedad que no tiene nada que ver con lo paranormal

El vampirismo es una parafilia, y no, no tiene nada que ver con lo paranormal detrás de la existencia de seres que toman sangre para poder existir y vivir, esta es la historia de cómo se conoció en la antigüedad a los llamados vampiros.

¿Un vampiro "real"? Si, aunque no lo creas, el vampirismo es una enfermedad real y nada tiene que ver con algo paranormal, solo que en el siglo XVIII, era algo "diabólico". 

El primer reporte de "vampirismo" fue el de un hombre llamado Petar Blagojevic, quien en las noches le daba por visitar a sus victimas, las mordía y chupaba su 'sangre'  por las noches, después de eso, las 9 personas mordidas perecieron de "extrañas enfermedades". 

Lo más extraño del asunto, es que cuando buscaron Petar, el hombre tenía 10 semanas enterrado, todos en el pueblo se "alertaron" y pidieron a las autoridades que exhumaran el cuerpo, y cuando lo abrieron, sus manos, pies y cara, estaban "inmaculados". 

Esa fue la primera vez que se escribió un reporte "sobre vampiros", de hecho la carta oficial decía que Petar tenía sangre fresca en su boca, "tras ser perforado con una estaca, de él brotaron por oídos y boca, sangre fresca, quizás de sus víctimas". 

La polémica de los vampiros se extendió por toda Europa Occidental y del Este, un periódico de Viena publicó lo que había ocurrido con Petar y de pronto se empezaron a escuchar cada vez más casos similares de personas que perecían, pero al ser inhumados, tenían sangre fresca corriendo por sus venas. 

Para los pocos avances de la medicina de la época, todos pensaron que era "algo del Diablo", hasta el filósofo Voltaire escribió del tema: "Son cadáveres que salen de sus tumbas por la noche para chupar la sangre de los vivos, ya sea en sus gargantas o estómagos, después de lo cual retornan a sus cementerios". 

"Mientras las víctimas palidecen y se consumen, los cadáveres que succionaron su sangre engordan, se ponen rosados y disfrutan de un excelente apetito", eran las descripciones de los expertos. 

Ahora es reconocido como un una parafilia, un extraño trastorno de la mente que le da a la persona que lo sufre, una ansiedad patológica de ingerir sangre, bien sea por una necesidad fisiológica o por algún evento traumático que haya sufrido la persona.