Por: Luis Fernando Plata Gil • Colombia.com

Cerro Azul, la joya arqueológica de San José del Guaviare

A tan solo 47 kilómetros de San José del Guaviare, el Cerro Azul se muestra como la puerta que se abre para conectarse con el pasado.

En el Cerro Azul se pueden observar pictogramas de hace más de 1.000 años. Foto: Interlatin
En el Cerro Azul se pueden observar pictogramas de hace más de 1.000 años. Foto: Interlatin

A tan solo 47 kilómetros de San José del Guaviare, el Cerro Azul se muestra como la puerta que se abre para conectarse con el pasado.

Esta imponente tierra en el que se evidencia amplios territorios de madre selva, que con heridas cicatrizadas del pasado, pero con una majestuosa naturaleza, se ponen disposición de los amantes a la aventura y la historia pero sobretodo a conectarse con la fauna colombiana, un destino cargado de maravillas que no tienen nada que envidiarle a otros países.

Foto: Luis Plata - Colombia.com

Cerro Azul o Cerro Pinturas es el lugar para explorar y descubrir un pasado en el que solo unos pocos, pueden contar lo que realmente sucedió en el lugar.

Un recorrido de aproximadamente 40 minutos, el Cerro Azul es uno de los lugares más visitados por los turistas, una visita que pone a prueba el estado físico para recorrerlo a través de una caminata a través del bosque.

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Puerta al pasado

Al llegar allí, majestuosas pinturas rupestres se muestran a la  vista delos turistas, pinturas que se han conservado con un pigmento de color rojo plasmados en un mural de piedra.

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Un suntuoso mural de más de 4.000 de pictogramas hechos por indígenas Carrijonas que plasmaban allí sus historias, su vida, mitos, rituales y hasta el más secreto de sus vidas. Algunos expertos estiman que estos símbolos pueden tener más de 1.000 años de antigüedad.

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En los murales se pueden apreciar pinturas que representan  rituales de cacería y pesca, fauna real y fantástica, la cópula y preñez humana y utensilios para cestería y tejidos entre otras.

Pinturas rupestres con un valor incalculable, son una huella ancestral que sin duda alguna quedaron plasmadas en lo más interno de la madre selva pero que actualmente han estado desapareciendo con el paso del tiempo y las condiciones climáticas de la zona.

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Cerro Pinturas fue declarado zona protegida debido a evidencias arqueológicas, que requieren de especial protección y cuidado, ya que con el paso del tiempo y la zonas climáticas han empezado a desaparecer.

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Como dato curioso, algunos de los pueblos indígenas que viven en esta zona son: los Guahibo, Carijona y los Tukano.

Fauna y flora en su máximo esplendor

En el Cerro Azul se puede disfrutar de un verde paisaje así como del avistamiento del mono Tití, un peculiar mono ardilla de Centroamérica de cuerpo y cabeza que alcanza entre 26 y 33 cm y su cola con casi los 40 cm. 

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Entre otras cosas para disfrutar del Cerro Azul, son las cuevas naturales, en la que atravesarlas se convierte en todo un reto para los visitantes, ya que para llegar al mirador se debe atravesar una cueva oscura en completo silencio, túneles naturales compuestos por afloramientos rocosos que invitan a la ampliación de los sentidos.

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Y como atractivo imperdible en el Cerro Azul, es visitar el mirado Cerro Pinturas, donde se podrá contemplar de una espectacular vista panorámica de selva de San José y otros territorios cercanos, el lugar ideal para tomar la mejor foto como recuerdo.

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¿Qué se necesita llevar?

  • Ropa y zapatos cómodos para caminar entre la selva y las cuevas.
  • Protector solar y repelente.
  • Linterna con buena batería.
  • Cámara para registrar las mejores fotografías.
  • Hidratación para el camino, se recomienda de 1 a 2 litros de agua.