La Habana cumple 500 años y sigue siendo importante en Latinoamérica

La Habana cuenta con más de 300 playas naturales, de fina arena, cálidas, limpias, tranquilas, únicas por la variada tonalidad y transparencia de sus aguas; así como por la belleza de sus intactos fondos marinos, que constituyen un verdadero atractivo para quienes buscan disfrutar del turismo de sol y mar todo el año, además de la presencia de más de 4,000 cayos e islotes vírgenes de incalculables valores en su flora y fauna.

Las primeras siete villas fundadas por los españoles compartieron secretos que aún hoy, perviven en su historia y fueron fundadas de forma sucesiva.

Foto: Cortesía

Nuestra señora de la Asunción de Baracoa (1521), San Salvador de Bayamo (1513), La Santísima Trinidad (1514), Santi Spíritus (1514), Santa María del Puerto Príncipe (1514), Santiago de Cuba (1515) y San Cristóbal de La Habana (1519) o simplemente: Baracoa, Bayamo, Trinidad, Santi Spíritus, Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana que este año cumple 500 años y es una de las ciudades más importantes de Iberoamérica.

Fue en 1519, un 16 de Noviembre cuando Diego Velázquez celebró la primera misa conmemorativa bautizando ese sitio lleno de exuberante vegetación rodeado de un mar azul turquesa como San Cristóbal de La Habana cuya palabra derivó del nombre de un indio cacique y dueño de aquella tierras llamado “HABAGUANEX”.

San Cristóbal de La Habana nació y creció enriquecida por todos los posibles tonos de piel, religiones y creencias: taínos oriundos, españoles, franceses e ingleses, conquistadores, corsarios, piratas; esclavos traídos desde la lejana África, chinos de Macao, Hong Kong y Taiwán que remplazaron o se unieron a los esclavos en los campos de caña de azúcar. Una mezcla de razas que hoy en día podemos apreciar y que enriquece a esa bella ciudad que se muestra en su cultura, arte y religión.

Este año es el mejor momento para conocer y visitar La Habana, paseen por el casco antiguo de la ciudad (declarado en 1982 por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad); dejen volar la imaginación y piensen cómo debió ser esta capital siglos atrás; admiren sus fortificaciones y plazas; deslúmbrense por la belleza de la bahía; fúmense, si lo desean, un buen puro acompañado de un ron añejo en honor a esa efeméride y no olviden que estar en La Habana, en muchos aspectos, es como estar en casa.

Es La Habana, la que te recibe amigable, abierta, la que tiene una sonrisa para ti.

Es tiempo de conocerla y reconocerla porque La Habana se está poniendo bella para recibirte con los brazos abiertos.