Isla Gorgona y Malpelo

Arco iris en el Cielo en la Isla Gorgona - ShutterStock

Arco iris en el Cielo en la Isla Gorgona - ShutterStock

Uno de esos conquistadores españoles siniestros nombró a una isla en el pacífico colombiano como Gorgona, rótulo cuya sonoridad representa la misma fiereza y brutalidad del usurpador venido de Europa, un hombre de pompa y armadura la llamó así revistiendo de metal su cuerpo creyendo tener grandeza cuando lo que realmente tenía era un miedo aterrador que lo obligaba a acorazarse.

UN NOMBRE ATERRADOR PARA UN LUGAR DE BELLEZA SUPREMA

La mitología griega llamaba Gorgona a una mujer guerrera de mirada petrificante que llevaba una cabellera llena de serpientes, tres de ellas, Medusa, Euríale y Esteno son las más reconocidas entre esta raza cuya razón de existir era la batalla sangrienta.

Los conquistadores españoles encontraron en esta isla un lugar con muchas serpientes y se encargaron de difundir terror sobre este terreno, las víboras nunca fueron seres funestos sino celosos guardianes del paraíso comprimido en 26 kilómetros cuadrados que para quienes han tenido la fortuna de visitarla representan la belleza natural suprema.

La isla Gorgona es un destino que debe convertirse en un viaje obligatorio para todos los colombianos porque representa la riqueza natural de nuestro país y nos enseña a trabajar por la conservación y la recuperación de todo nuestro territorio al que hemos sometido implacablemente a la deforestación y contaminación.

No basta con vanagloriarnos frente al mundo con nuestra biodiversidad porque al acelerado ritmo de destrucción que llevamos, eso no será más que una anécdota y una estadística.

Principal atractivo de Gorgona

Justamente toda ella, toda la isla es mágica, es un embrujo que solo se puede experimentar al pisar su tierra, surcar sus aguas y respirar su aire y contemplar su exótica vegetación y su fauna; una fauna que no está plagada de aterradoras serpientes sino de anfibios de maravillosa naturaleza, de tortugas milenarias y de Yubartas o ballenas jorobadas que encuentran en sus aguas un remanso de paz para dar rienda suelta a sus cánticos que son preludio de apareamiento y cuyos avistamientos son para los turistas todo un espectáculo irrepetible y fascinante.

Monos Capuchinos en la Isala Gorgona y Malpelo - ShutterStock

Monos Capuchinos en la Isala Gorgona y Malpelo - ShutterStock

Gorgona es un Edén viviente, es una tierra dinámica que muestra exuberancia por todos sus flancos, es un paraíso de selva húmeda tropical que alberga especies como 155 tipos de aves entre migratorias y habitantes como el batará, pelícanos, gavilanes y fragatas, gaviotas, piqueros y mieleros, esta última, endémica.

Los mamíferos también son protagonistas en este pedazo de cielo sin paralelo, los monos, los guatines y la rata espinosa imponen su presencia allí; los cangrejos y los lagartos hace alucinante su superficie, el lagarto azul es una especie que le da brillo y más belleza a la isla.

Gorgona también tiene un colorido sin igual, las flores, algunas únicas, convierten a este paraje del Pacífico en un ejemplo de la belleza que hace tener fe en un mundo recuperado de la mano devastadora del ser humano.

Durante unas décadas fue una prisión y eso ayudó a darle un aire monstruoso cuando los verdaderos espantajos fueron los hombres que la quisieron convertir en un infierno.

Playas en la Isla Gorgona y Malpelo en la Guainía - ShutterStock

Playas en la Isla Gorgona y Malpelo en la Guainía - ShutterStock

Pero por fortuna, la belleza de la naturaleza logró que la presencia humana fuese desalojada y los únicos hombres que actualmente la habitan y la custodian son los soldados de la Armada Colombiana y los guardias y guías forestales que enseñan al mundo lo sublime que es su entraña.

Dicen que en Gorgona hay fantasmas de reos que murieron cumpliendo sus penas, dicen que sus lagartos son una remembranza de un mundo poblado por dinosaurios que encontraron en esta porción terrestre un mundo a escala y el cual no quieren abandonar.

Gorgona es un lugar para conocer y disfrutar pero jamás para habitar porque aunque nos duela reconocerlo, cuanto más tiempo pasamos los hombres en un lugar, más lo destruimos.

Gorgona es un nombre que no debe asustar sino enamorar y visitarla es una asignatura pendiente.