Ciudad de Tunja - ShutterStock
El alma de la historia recorre las calles y se cuela entre los balcones de esta, la madre de las villas del oriente colombiano. Fundada como la más española de las ciudades del nuevo mundo durante la conquista, fue fortín de castellanos, andaluces y extremeños que encontraron en este terruño un rincón parecido a su patria y que quisieron mantenerla como vivo retrato de su origen.
Los sentidos se exaltan al ver las hermosas y verdes montañas que rodean la ciudad, parece como si todas las tonalidades de este color tuviesen su paraíso en este lugar elegido por indígenas y exploradores europeos para afincar una próspera vida en medio del mejor panorama natural.
Lugar de importancia suprema para la confederación indígena de los Muiscas, debe su nombre a los vocablos Hunza o Tchunza y aunque muchos afirman que el nombre oficial de la ciudad es Santiago de Tunja, en los registros originales no aparece así. Lo que sí es totalmente cierto frente al nombre Santiago, es que al igual que España, la ciudad de Tunja tiene a este apóstol como su patrono que la ha guiado a través de los siglos.
Plaza Bolivar en Tunja - ShutterStock
Tunja es la ciudad colonial por excelencia, su centro histórico mantiene vivo el legado español que se ve reflejado en sus construcciones antiguas como calles inclinadas, palacios, conventos e iglesias en perfecto estado que producen admiración entre quienes la visitan. La capital del departamento patriota de Boyacá cuenta con numerosos tesoros artísticos entre los que se cuentan pinturas, ornamentos religiosos de diversas órdenes religiosas establecidas allí y esculturas. En una de sus iglesias existe tan bello arte barroco que es llamada la capilla sixtina latinoamericana.
Por su cercanía con la ciudad de Bogotá y por encontrarse en medio de la carretera que comunica con el norte del país, Tunja es paso obligado de viajantes de la capital y sur del país que se desplazan en busca de vacaciones y negocios, por lo tanto su actividad comercial es permanente, su gastronomía y hotelería se ofrecen generosamente al mundo. Esta ciudad de gran altitud sobre el nivel del mar y de temperatura fría es centro de acopio agrícola y ganadero que envía sus productos a lo largo y ancho de la geografía nacional reforzando su fama de tierra fértil y bondadosa.
Tunja es epicentro del turismo religioso en Colombia, su tradición se ha consolidado a través de los años y es un atractivo para los crecientes turistas que llegan a disfrutar de su ambiente, de sus templos y su fe que tiene su evento más importante en la época de la Semana Santa.
Para el último mes del año son famosas sus celebraciones del aguinaldo boyacense que con sus adornadas calles, luces y fuegos artificiales son la referencia de la diversión navideña en el país.
Arepa y Mazorca, comida típica en Tunja - ShutterStock
Su Plaza de Bolívar es punto de encuentro de sus habitantes y reúne un importante número de edificaciones municipales así como templos de gran tradición. Desde Tunja aparecen todos los caminos que conducen a bellos municipios y lugares que le dan fama al departamento de Boyacá como un destino infaltable en la agenda del turismo en Colombia, algunos de ellos son: Villa de Leyva, El puente de Boyacá, símbolo de la independencia nacional, El Duitama, Sogamoso, El Pantano de Vargas, Paipa o Motavita.
Tunja es una ciudad que se muestra hacia el futuro pero conservando la historia como referencia para un porvenir promisorio, esta villa sueña con consolidarse como motor del desarrollo no solo departamental sino de un país que la valora y le da ese importante lugar que se ha ganado.