Por: U.N. • Colombia.com

Hambre oculta en Colombia, urgen más acciones por parte del Estado

El hambre oculta es la carencia de vitaminas y minerales esenciales en la dieta, componentes para potenciar la inmunidad y un desarrollo saludable.

Actualización
¿Qué está pasando con la alimentación en Colombia?. Foto: Shutterstock
¿Qué está pasando con la alimentación en Colombia?. Foto: Shutterstock

El hambre oculta es la carencia de vitaminas y minerales esenciales en la dieta, componentes para potenciar la inmunidad y un desarrollo saludable.

La falta de vitamina A, de minerales como hierro y zinc, y de yodo es motivo de preocupación para la salud pública.

La profesora Sara Eloísa del Castillo, del Departamento de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), afirma que para solucionar el problema del hambre urgen más acciones.

“En la Ensin identificamos un aumento en la prevalencia de la desnutrición aguda y crónica, y en ese sentido es necesario analizar la historia de las cifras de desnutrición aguda y del retraso en la talla. Por ejemplo desde 2005 Bogotá registra muchos problemas, situación que se ha repetido en 2010 y 2015, y ocupa el segundo puesto en prevalencia de anemia en la encuesta”, señala la experta.

Foto: Shutterstock
Foto: Shutterstock

Al respecto, la Ensin 2015 mostró que en el grupo de niños de 6 a 59 meses de la muestra fue del 24,7 %. Los mayores porcentajes se encontraron en la Orinoquia y la Amazonia con 33,1 %, y Bogotá con 29,7 %.

Las poblaciones olvidadas necesitan más atención

Otros datos que alertan sobre el hambre oculta son los de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuales indican que en todo el mundo unos 2.000 millones de personas sufren de carencia de yodo. Así mismo, cada año la falta de vitamina A se asocia con más de medio millón de fallecimientos de niños menores de 5 años. Esta deficiencia causa ceguera y debilita la capacidad del sistema inmunológico para combatir enfermedades mortales como el sarampión, la diarrea y la malaria.

Se estima que la mitad de todos los casos de anemia son causados por deficiencia de hierro, lo cual impacta el desarrollo cognitivo y motor en la infancia, además de la productividad física y mental durante toda la vida, y aumenta el riesgo de muerte materna.

Ingerir pocas proteínas y zinc causa retraso en el crecimiento, baja estatura y reducción tanto de la capacidad de aprendizaje como de la productividad.

Foto: Shutterstock
Foto: Shutterstock

La profesora del Castillo explica que “los problemas nutricionales, que son el efecto del hambre oculta, se presentan en las poblaciones más olvidadas, situación que evidencia un problema de inequidad y una clara ausencia de las entidades que deben responder por este asunto”.

Agrega que la disponibilidad no es el problema sino el acceso: los ingresos de las poblaciones no les permite adquirir alimentos como las carnes, que son los que contienen los micronutrientes necesarios.

“Los Gobiernos deben recurrir a políticas públicas que cierren esas brechas para permitir que las poblaciones accedan a la cantidad de alimentos que requieren. Mientras no se resuelvan los problemas centrales de las poblaciones y la posibilidad de consumir alimentos adecuados y suficientes, el problema del hambre en el país solo cosechará violencia e inseguridad”, enfatiza.

Foto: Shutterstock
Foto: Shutterstock

Entre las acciones para combatir la anemia, la UNAL, a través del proyecto “Papas más nutritivas” (que ampliaba la producción de papa amarilla más nutritiva en el país) determinó la reducción en la prevalencia de anemia moderada en un grupo de niños de Nariño de entre seis meses y cinco años.

“En el grupo proyecto (que contempla los niños alimentados con papas más nutritivas y micronutrientes) se pasó de tener 10,7 % de anemia moderada a 3,6 % al final del estudio”, comenta la profesora, quien lideró el proyecto junto con la estudiante Nathalie Ospina, magíster en Epidemiología Clínica de la UNAL.