Estudio revela que los problemas digestivos serían los primeros síntomas del coronavirus

Alrededor del tema del coronavirus, problema que acecha al mundo entero, surgen todo tipo de teorías respecto a la forma en la que se manifiesta la enfermedad, donde son muy evidentes las dificultades respiratorias. Al respecto, investigadores en Wuhan, ciudad donde comenzó la propagación del virus, lograron algunos descubrimientos.

Este estudio, en el cual se analizó a un grupo de pacientes internados en el hospital de la provincia central de Hubei, en China, fue publicado en el American Journal of Gastroenterology.

Dichos investigadores tomaron en cuenta los datos de 204 pacientes que se encontraban cerca a los 55 años y habían sido internados por contraer el virus entre el 18 de enero y el 28 de febrero de 2020.

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A partir de los resultados obtenidos pudieron evidenciar que por lo menos la mitad de los pacientes infectados por el COVID-19 que se encontraban allí, habían presentado algunos problemas digestivos como la diarrea, incluso antes de haber tenido cualquier complicación a nivel respiratorio.

“Los clínicos deben tener en mente que los síntomas digestivos, como diarrea, pueden ser un rasgo característico del COVID-19, y que el índice de sospecha podría necesitar elevarse pronto en estos casos en lugar de esperar a que los síntomas respiratorios emerjan”, afirmó el equipo del Grupo Experto en Tratamiento Médico de Wuhan.

Estos pacientes manifestaron haber tenido algunos problemas en su salud relacionados con su bienestar digestivo como la pérdida de apetito (que representa el 84%), la diarrea (el 29%), vómitos (el 0,8%) y dolor abdominal (el 0,4%).

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Lo curioso fue que aquellos que habían presentado los síntomas digestivos se habían demorado un poco más de tiempo en asistir a los centros hospitalarios para ser chequeados, aproximadamente 9 días; mientras que aquellos que no los habían tenido, se habrían presentado en un promedio de 7,3 días.

Pero ¿a qué se debe esta situación? La demora en buscar ayuda fue porque no sospechaban ser portadores del virus, al no tener los comunes síntomas que lo caracterizan, como lo son los resfriados o las dificultades para respirar.

Ante estos descubrimientos, el estudio recalca que “esto puede conducir a diagnósticos más tempranos del coronavirus, lo que puede conducir a su vez a tratamientos más tempranos y cuarentenas más expeditas para minimizar la transmisión desde personas que de otra manera siguen sin ser diagnosticadas”.