Incontinencia, un tabú que afecta la salud de las personas

El estigma que rodea la incontinencia urinaria lleva a que los afectados no reciban un tratamiento oportuno, sufran en silencio y con vergüenza.

Foto: Pixabay
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El estigma que rodea la incontinencia urinaria lleva a que los afectados no reciban un tratamiento oportuno, sufran en silencio y con vergüenza.

"El problema es que al no querer hablarlo, las personas no reciben a tiempo el tratamiento que necesitan", señaló hoy a Efe el doctor Alexandre Kalache, especialista en epidemiología del envejecimiento.

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El experto explicó que este padecimiento consiste en el escape de poca o mucha orina involuntariamente, la necesidad de acudir con frecuencia al baño, levantarse varias veces en la noche a orinar, padecer dificultad para aguantarse y dolor y molestias al orinar.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 400 millones de personas en el mundo, entre ellas 25 millones de latinoamericanos, presentan incontinencia urinaria.

En México, se estima que un 30 % de los mayores de 70 años presentan este problema. Aunque es más común que se vea en la población de la tercera edad, el especialista advierte que puede ocurrir en cualquier momento de la vida y que el 75 % de los casos se da en mujeres.

Pese a su prevalencia, Kalache asegura que es un padecimiento "olvidado en los sistemas de salud y poco estudiado por el personal médico profesional". Y es el estigma y la vergüenza lo que hace que muy pocas personas busquen una cura.

El experto explicó que entre los factores de riesgo se encuentran la dieta, el uso indiscriminado de ciertos medicamentos o la interacción que tienen entre ellos en el organismo, además de cirugías y el cáncer colorrectal y de estómago.

Además, los padecimiento cognitivos como el Alzheimer y, en el caso de las mujeres los partos múltiples, son también un factor determinante.

Sin embargo, el principal factor de riesgo es la edad y por ello, la preocupación, señala Kalache, es el acelerado ritmo de envejecimiento que tiene actualmente la población. "Los países envejecen en un tiempo más corto, y cada vez tenemos menos tiempo para solventar este tipo de padecimientos", señaló el experto.

Según datos de la revisión de 2017 del informe "Perspectivas de la Población Mundial" de Naciones Unidas (ONU), se espera que el número de personas mayores, es decir, aquellas de 60 años o más, se duplique para 2050 y triplique para 2100.

Es decir, pasará de 962 millones en 2017 a 2.100 millones en 2050 y 3.100 millones en 2100. El exdirector del programa de envejecimiento y activo de la OMS explicó que otro de los principales problemas es la falta de conocimiento y actualización por parte del personal médico acerca de este padecimiento.

"En los países en vías de desarrollo el personal médico no está capacitado, ni familiarizado con los problemas de personas mayores y los servidores públicos no dan prioridad a este sector de la población", advirtió.

El especialista señaló que, por ejemplo, los programas de estudio de medicina están enfocados en la población joven no en las enfermedades que se padecen con el paso de la edad.

"Estamos capacitando a profesionales de la salud con problemas de jóvenes cuando la población está envejeciendo, pero el currículum de los profesionales todavía está en el pasado", lamentó.

Por esta razón, durante el Foro Global sobre la Incontinencia realizado en abril pasado, Kalache junto con organizaciones civiles, y un panel de expertos elaboraron el estudio titulado "Midiendo los Resultados para Mejorar la Gestión del Cuidado de la Incontinencia".

El estudio, que incluye la postura de pacientes, cuidadores, profesionales de la salud, legisladores y contribuyentes, entregó una lista de 14 indicadores clave de rendimiento (KPI).

Con ello se busca que los proveedores y legisladores que se encargan del cuidado de la salud evalúen sus sistemas nacionales y mejoren los estándares a largo plazo.

Los 14 indicadores cubren aspectos médicos, de calidad de vida y económicos, que van desde determinar la proporción del personal apto para realizar una evaluación de la incontinencia y prescribir una estrategia de higiene, hasta el costo de admisión y readmisión hospitalaria relacionados en el tratamiento de la incontinencia.

"Necesitamos investigaciones, unir esfuerzos para discutir y combatir juntos este problema y brindar soluciones", acotó. Kalache explicó que el reto es generar conciencia en la población, prevenir, capacitar al personal médico, pero, sobre todo, hablar más de este padecimiento.

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EFE