Oración a San Vicente de Paúl para solucionar problemas en tu negocio

San Vicente de Paúl, beato de la Iglesia católica, nació en una familia muy humilde y se desempeñó en un principio como pastor de ovejas y cerdos, sin embargo, a sus 20 años escuchó el llamado de Dios y se convirtió en sacerdote, desempeñando dicha función por un largo periodo de tiempo.

Creó la primera Confraternidad de la Caridad donde mujeres adineradas ayudaban a pobres y enfermos, las Hermanas de la Caridad, el centro de salud de la ciudad de París, y estableció la Congregación de la Misión, que predicaba la Palabra entre campesinos y trabajadores.

Teniendo en cuenta dicha importante labor, puedes encomendarte actualmente a él, especialmente ante temas económicos; hoy te enseñamos una oración para pedir ayuda con los problemas que hay en tu negocio, compartida por el portal ‘Oraciones Milagrosas y Poderosas'.

Oración ante problemas en tu negocio

Glorioso san Vicente de Paul hombre de corazón piadoso, fiel seguidor de Jesucristo y sus Obras y Palabras, que sirviendo a los pobres serviste al Salvador; bendito padre protector de los necesitados y celestial patrono de todas las obras de caridad, hoy acudo a ti implorando tu amorosa ayuda, acércate al Padre Celestial y a la Virgen María y ruégales me envíen su Divino auxilio para salir de tanta intranquilidad y ahogo en mi negocio.

Bendito san Vicente, que jamás dejas sin auxilio a quien a ti acude lleno de esperanza, por favor, préstame atención, escúchame y auxíliame. Tú que velaste y velas por los que pasan por problemas, por los que sufren a causa de sus penurias económicas, ven a mí, sé mi buen abogado, mi protector e intercesor.

Hoy me presento ante ti con entusiasmo y esperanza, san Vicente quiero pedirte me ayudes en mi negocio que está lleno de problemas, de carencias y adversidades de las cuales no puedo salir sin auxilio celestial. Oh santo mío, sé que lo que pido es casi un milagro, pero yo confío en tu poder de mediación, confío en tu caridad y bondad con los que sufrimos y tenemos dificultades y graves problemas económicos.

El Señor sabe cuánto sufrimiento y esfuerzo, cuantas lágrimas, desvelos, angustias y tiempo me ha costado conseguir poner en marcha este negocio, Él, mi Dios, me permitió abrirlo y llegar hasta aquí, Él hizo posible que mis sueños se cumplieran, pero las cosas se han truncado y ahora está casi en ruina, necesito avanzar para que mis finanzas se recuperen, necesito multiplicar mis ventas y aumentar los clientes, para que llegue el triunfo ansiado.

Santo amado, por favor, dame el impulso que tanto preciso y haz que mi negocio funcione perfectamente. San Vicente, tu que siempre diste felicidad a los demás, ven en mi ayuda y acógeme en tus manos, aleja de mi negocio las desdichas y calamidades, las envidias, lo negativo y todo lo perjudicial, así como a las personas que no son convenientes.

Aleja las malas rachas, los infortunios y la quiebra y haz que tenga mucho trabajo y el dinero fluya, que haya armonía, progreso y buenas sensaciones, para que mis clientes se sientan felices y satisfechos y tengan deseos de volver a comprar.

Pide a Dios que permita que mi negocio sea prospero, es el sustento de mi familia y lo único que tenemos, dile que ponga en mis caminos luz y sabiduría para que sepa cómo hacerlo mejor, que me conceda fortaleza y paciencia para no rendirme, y con su infinita misericordia me ayude a sanearlo, para que todo vaya adelante, sin tropiezos ni obstáculos, en especial te pido lleves ante su Presencia este problema y ruégale me conceda lo que solicito con humildad: (exponer el problema y pedir lo que se quiere obtener).

Oh amable y generoso san Vicente, gracias por escuchar mis penas y adversidades, gracias por llevar mis suplicas ante Dios Padre. San Vicente, predicador de la verdad de Cristo, tú que luchaste por la salvación de las almas y por el bienestar de los más oprimidos, haz que nos renovemos en el Evangelio, haz que todos experimentemos los efectos de tu muy eficaz y piadosa intercesión, de modo que nos sintamos aliviados por ti en las duras adversidades de esta vida y, al final, podamos reunirnos contigo en el Cielo para vivir la eterna bienaventuranza. Amén.